Galerie Kreo.
Desde su cuartel parisino, Clémence y Didier Krzentowski hacen posibles las ideas de los mejores diseñadores del mundo.
Didier Krzentowski es coleccionista desde los cinco años. Guardaba tarjetas publicitarias de las farmacias, llaveros y relojes japoneses. En los años 80, ya siendo un adulto, empezó a interesarse por el arte contemporáneo y compró sus primeras piezas. En 1993, con su mujer Clémence, puso en marcha la agencia Kreo. Su objetivo era hacer de intermediarios entre los diseñadores y las compañías industriales para organizar el proceso de desarrollo del producto. En 1999 decidieron abrir Galerie Kreo, y eligieron el barrio en torno a la rue Louise Weiss, un área de la XIII arrondissement de París de orígenes obreros que, desde los años 80, atrajo a numerosas galerías de arte vanguardistas.
Desde el principio, los Krzentowski –casados desde 1989 y con dos hijas, Victoire y Clara– concibieron la galería como un «espacio-laboratorio» para la producción de piezas de edición limitada en colaboración con algunos de los diseñadores contemporáneos más relevantes. Ronan y Erwan Bouroullec, Jaime Hayón, Hella Jongerius, Jasper Morrison, Pierre Charpin, Marc Newson, Alessandro Mendini o Naoto Fukasawa han creado piezas exclusivas para Kreo.
En 2008, trasladaron la galería al emblemático barrio de Saint-Germain-des-Prés y, el año siguiente, ampliaron el concepto de la galería introduciendo iluminación y mobiliario franceses e italianos de mediados del siglo XX. Además, Didier es un apasionado y verdadero especialista en piezas de iluminación de la década de 1950. Desde 2014, los Krzentowski cuentan, también, con una sucursal de Kreo en el londinense barrio de Mayfair, con vecinos tan ilustres como Sprüth Magers o David Gill.
Considerada una de las galerías más influyentes del mundo, Kreo es asidua a las grandes ferias de arte. PAD Paris, Design Miami, Tefaf, FIAC (Foire Internationale d’Art Contemporain) o The Salon Art + Design son foros a los que siempre acuden con colecciones que no dejan indiferente.
La pareja, apasionada de su trabajo, disfruta de muchas de las piezas creadas para la galería en su increíble apartamento parisino, que se ha convertido en una extensión de Galerie Kreo dentro de un edificio de la Belle Epoque con vistas a la Torre Eiffel.