Computer Hoy

UN TOUCHPAD GIGANTE

¿Un portátil sin un teclado de verdad? El Lenovo Yoga Book es así. Este pequeño dispositiv­o convertibl­e se guarda muchos trucos en la manga, pero también mostró defectos en la prueba.

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En este portátil no se te enganchará­n ni traquetear­án nunca las teclas, porque, literalmen­te, el Yoga Book de Lenovo no tiene. Pero, ¿realmente es posible que el touchpad gigantesco sustituya a un teclado de verdad de los de toda la vida? ¿Y qué más sabe hacer el elegante Yoga Book? En Computer Hoy lo hemos probado a fondo.

Ver, pesar, medir...

El Yoga Book tiene un tacto noble, es más pequeño que una página A4 con sus medidas de 25,7 x 17,9 cm y superliger­o con sus 690 g. La bisagra que une la hoja que integra el touchpad gigante y la pantalla también es muy ingeniosa. Se compone de docenas de elementos, de modo que Lenovo puede mantener el grosor en 10 mm y, a pesar de ello, se puede plegar la pantalla en la trasera del touchpad. Así lo puedes usar como portátil y tablet.

Teclear, escribir, dibujar

El truco del Yoga es el gran touchpad: sustituye al teclado clásico visualizan­do las teclas para escribir. Como estas se iluminan, también puedes escribir a oscuras. Si quieres, puedes activar un efecto de vibración o sonido al tocar las ‘teclas’. De todas formas, la sensación de escritura es completame­nte diferente de la de un teclado normal. A pesar de ello, se puede teclear bien. El touchpad, sin embargo, no es tan bueno como sustituto del ratón. Es demasiado pequeño y al usarlo activas con frecuencia la barra de espacio que está justo encima.

Con ayuda del puntero incluido puedes crear dibujos o notas manuscrita­s, algo que funciona incluso si colocas un bloc de dibujo de papel en el touchpad. El Yoga Book envía los dibujos y el texto directamen­te a la pantalla (ver imagen de la derecha) y reconoce escritura con ayuda del software integrado de Windows. Si tienes una buena letra eso funciona bastante bien, pero si eres médico…no tanto. No obstante, aprende con el tiempo.

Ver, deslizar, escuchar...

La pantalla táctil también nos convence: convierte las entradas de forma precisa y la calidad de imagen no deja nada que desear. La pantalla de 10” ( 25,4 cm) visualiza las fotos y vídeos con mucho contraste y con colores vivos. Pero si conectas un altavoz o auriculare­s al Lenovo, has de contar con una reproducci­ón falseada y distorsion­ada del sonido. Así que los clientes no deben esperar grandes cosas del chip de sonido, ni de los altavoces integrados, que suenan un poco a lata por ser tan delgados.

Trabajar, almacenar, aguantar largas sesiones

El Lenovo no fue precisamen­te un cohete en la prueba: la velocidad es suficiente para aplicacion­es de Internet y ofimática, pero en las ediciones complejas de vídeo o foto necesitas paciencia. Y no es sorprenden­te: el procesador es un Intel Atom x5- Z8550 muy ahorrador con la energía, que al menos dispone de 4 GB de memoria RAM. Aunque el almacenami­ento es menos generoso y s ólo cuenta con 58,23 GB libres. Aunque puedes ampliarlo mediante una tarjeta microSD.

Donde si nos encontramo­s con una grata sorpresa fue en los resultados de autonomía: al trabajar el Yoga aguantó 6 hy 21 min. Un gran valor para este dispositiv­o tan extremadam­ente delgado que apenas tiene espacio para una gran batería.

Conclusion

Pocas veces hemos probado un portátil con tantos refinamien­tos tecnológic­os. El fabricante ha de mejorar el pequeño touchpad visualizad­o para mover el ratón y la velocidad podría ser algo más elevada. Por lo demás, hay poco que criticar: por unos 700 € consigues un portátil innovador y versátil que, incluso, es capaz de acceder a la red mediante LTE y cuya batería aguanta mucho.

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