EXPERIENCIAS DESDE EL AIRE
Pretende ser un drone tan compacto como potente. Pero ¿será capaz el DJI Mavic Air de hacer también grabaciones de primera?
Tiene el tamaño de una botella de agua”, ese fue el eslogan con el que DJI anunciaba su drone Mavic Pro. Ahora, han presentado a su hermano pequeño, el Mavic Air, que tiene el tamaño de un iPhone 8 Plus y que cubre el hueco que hay entre el Pro y el drone para principiantes DJI Spark. Pero ¿cómo responde?
Compacto y ligero
En su estado plegado el Mavic Air cabe perfectamente en la palma de la mano y viene con una funda para transportarlo. Con sus 431 g de peso resulta
muy ligero y tanto el transporte como la puesta en marcha re- sultan muy sencillos. Una vez desplegados los cuatro rotores, puedes comenzar. Viene con un mando para controlarlo, en el que puedes colocar tu smartphone. Así, puedes ver la imagen en directo de la cámara de 12 MPíx o acceder a las funciones de vuelo automático.
Vuela bien, pero no mucho tiempo
El procedimiento de despegue es muy sencillo: tras pulsar el botón de despegue en pantalla, el Mavic se coloca a 4 m de altura, donde espera las ordenes del piloto. En la prueba el drone se las arregló bastante bien con
el viento, a pesar de su peso reducido, aunque no llegó a la estabilidad de los drones más grandes. Es ágil y reacciona de forma precisa a los comandos, desde luego mejor que el Spark, que solo se controla desde el smartphone. En vuelo, sin embargo, has de tener en cuenta que
no tiene sensores de colisión hacia los lados y hacia arriba,
así que no puede ‘ver’ las paredes de las casas o puntas de los árboles y el piloto se tiene que encargar de evitar los choques. Al menos te ayudan los sensores en morro, cola y la parte inferior para evitar colisiones durante el vuelo o el aterrizaje. Y es que, con una velocidad de 61 km/h, es algo muy importante porque en un accidente a esta velocidad el pequeño drone sería siniestro total. En choques pequeños se suelen romper las hélices, pero al menos DJI incluye de repuesto.
Ahora bien, viene sin tarjeta o batería de repuesto, lo que es una lata en vista del tiempo de vuelo, que es de solo 19 m.
Una cámara con funciones inteligentes
Si quieres utilizar el drone para hacer fotos desde el aire no deberías tener queja alguna: tanto las fotos como los vídeos son estupendos y la cámara de 12 MPíx solo tiene problemas en caso de un fuerte contraluz.
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Los vídeos se graban en UHD a 30 fps o hasta 120 fps a cámara lenta (con menor resolución), y cuando termina su trabajo aterriza en la mano de su dueño, que localiza con sus cámaras, tras pulsar un botón. Finalmente debes sujetar el cuerpo para girarlo de lado y se apagan los cuatro rotores.
CONCLUSIÓN
Gracias a su precisión y agilidad, es divertido y las fotos y vídeos tienen buena calidad. La autonomía y los sensores que faltan son los puntos negativos, y los 200 € adicionales para el ‘Fly More Combo’ con hélices y baterías, merece la pena gastárselos si vuelas mucho.