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Los cables USB no encajan siempre
Ningún SSD viene con el cable universal perfecto, porque según el dispositivo al que lo quieras conectar (ver lateral), necesitarás cables de diferente longitud con distintos conectores. Para un portátil suele ser más práctico un cable corto, en los equipos de sobremesa es mejor uno más largo, con lo que el SSD no tiene que ‘vivir’ encima del escritorio, sino que puede hacerlo en un estante. La longitud del cable varía de un dispositivo a otro y no siempre el fabricante tiene en cuenta todas las posibilidades de conexión. No obstante, no es ha
ble para dispositivos con USB-A como ordenadores o SmartTV, y para dispositivos USB-C como tablets o portátiles modernos.
Cuidado con las copias de seguridad
Si utilizas un SSD externo para la copia de seguridad has de tener más cuidado que con un disco duro. El motivo es que los SSD dispersan los datos más que los discos mecánicos. En el día a día eso no es un problema gracias al acceso rápido, pero sí en las recuperaciones de datos, por ejemplo, si has formateado el SSD sin querer. En ese caso, los programas de recuperación no siempre consiguen salvar los datos, como en los discos duros. dLeberías
guardar los datos especialmente importantes en dos SSD, para que puedas usar la segunda copia si se produce un error crítico.
CONCLUSIÓN
Doble victoria para SanDisk en los SSD externos con tecnología convencional SATA. El SanDisk Extreme Portable gana en ambos tamaños: 500 GB (90 €) y 1 TB (140 €). En los SSD rápidos con tecnología NVMe la cosa estuvo más apretada: ahí gana el WD Black P50 Game Drive (225 €), por poco. El ganador Calidad/Precio en esta clase es el Intenso Portable SSD Professional (145 €). Es poco más caro, pero más rápido que un SSD con tecnología SATA.