■ 18 Unidades SSD externas USB: ¡A máxima velocidad!
¿Necesitas llevar muchos gigabytes de datos de un lugar a otro? Esa es una tarea para una unidad externa. Pero si, además, buscas velocidad, lo suyo es que sea SSD.
Los tiempos en los que los SSD externos eran artículos de lujo para frikis de la tecnología ya han pasado. Y eso lo demuestran los 18 candidatos: puedes tener un SSD con 500 GB por 70 € y con 1 TB a partir de 125 €. Esta tecnología sigue ofreciendo menos espacio que un disco duro del mismo precio, pero para la mayoría debería ser suficiente.
Los SSD externos son cada vez más rápidos
Como conexión de los SSD ha ganado USB. Solo los modelos más profesionales, como el Samsung X5, apuestan por una conexión Thunderbolt 3 (más rápida). Parece sencillo, pero no lo es del todo, porque hay tres tipos de conectores USB en unidades externas así que el cable ha de coincidir. Si no, no hay transferencia de datos (ver cuadro en la página 56). Además, el equipo debería soportar el estándar para que no frene.
• USB 3.1/3.2 Gen 1: los datos circulan a un máximo de 5 Gbps. Con ello puedes transferir a 600 MB/s.
• USB 3.1/3.2 Gen 2: dobla la velocidad hasta los 10 Gbps.
Eso permite transferencias de hasta 1,2 GB/s.
• USB 3.2 Gen 2x2: los datos fluyen hasta un máximo de 20 Gbps. Así puedes transferir hasta 2,4 GB/s.
Solo dos candidatos tienen un puerto super-rápido Gen 2x2, el Seagate Firecuda Gaming SSD y el WD Black P50
Game Drive. Pero no es lo habitual y casi todos los dispositivos se conforman con, como mucho, USB 3.2 Gen 2. Y lo necesitan, si quieres que los datos vayan a toda velocidad.
Los benchmarks de los programas de prueba usados en el laboratorio muestran que, con los nuevos modelos NVMe (ver arriba), puedes conseguir valores teóricos de 1.007 MB/s.
En la práctica, al menos llegamos a 795 MB/s. El SSD más rápido fue el WD Black P50, seguido de cerca por el SanDisk Extreme Pro Portable y el Seagate Firecuda Gaming SSD. E incluso el SSD más lento con tecnología NVMe alcanzó los 735 MB/s como tasa sostenida.
Con ello, dejan atrás a los modelos más económicos con tecnología SATA: los modelos más rápidos llegaron a los 534 MB/s en los benchmarks y al transferir hasta los 475 MB/s.
Pero la diferencia entre los benchmarks y el uso real es menor en los SATA que en los modelos NVMe. ¿Por qué? Aquí el cuello de botella es la tecnología de transferencia. La controladora podría trabajar más deprisa en algunos SSD, pero la tecnología SATA no lo soporta.
La ventaja en velocidad de los modelos NVMe se nota especialmente en los ficheros grandes. Los vídeos más pesados, ficheros extensos de fotos o música se copiaron mucho más deprisa. El SSD NVMe más rápido, el Crucial X8 Portable, llegó hasta 418 MB/s; el más rápido sin NVMe, el Media Range Externe SSD, hasta un máximo de 297 MB/s. Está claro que eso se
Las nuevas tecnologías permiten enormes aceleraciones en los SSD externos.
Carlos Gombau
Redactor Jefe
nota cuando estás copiando colecciones de fotos o vídeos.
En los ficheros más pequeños, en cambio, la tecnología utilizada no importa demasiado. En la prueba no hubo grandes diferencias en ambos casos. Ninguno de los SSD fue realmente rápido: como máximo alcanzaron los 10 MB/s. Pero los SSD sí fueron más rápidos que otros medios de almacenamiento como tarjetas o discos USB.
Y que los fabricantes han reconocido las ventajas de la tecnología NVMe se vio claramente en los modelos probados. A la categoría reina de los SSD, la de 1 TB de espacio, se presentaron cuatro modelos con tecnología SATA y ocho con NVMe. En ese tamaño, el precio mayor por la tecnología nueva se nota menos. En los SSD más económicos de 500 GB se nota más el sobreprecio, por lo que hay menos modelos. Y suelen tener casi el mismo precio que un SSD con 1 TB y tecnología SATA: el WB Black P50 cuesta unos 120 € con 550 GB.
Más pequeños y ligeros
Un SSD externo es más rápido que un disco duro convencional con conexión USB, y mucho más pequeño y ligero. Los discos duros en el formato de 2,5” pesan entre 170 g y 230 g, el SSD más ligero de la prueba llega justo a los 42 g. Pero los SSD más rápidos con tecnología NVMe suelen ser más pesados que los SATA. El motivo es que los fabricantes integran disipadores para eliminar el calor que se genera a plena velocidad. En SanDisk la diferencia entre el Extreme Pro Portable y el Extreme Portable es de 40 g, por ejemplo.
Por otro lado, los candidatos son compactos: el SSD más pequeño de la prueba, el Media Range, te cabe en el bolsillo sin problemas. Pero incluso el modelo más grande, el WD Black P50 (foto superior en el