Miguitas de pan en la era de la información
Saben mucho sobre ti, más de lo que tú te crees. Siento decírtelo, pero ya es tarde. Si llevas un smartphone en el bolsillo, trabajas con un ordenador, tienes un flamante SmartTV en el salón o un aspirador con IA que tiene tu casa como la patena, tu identidad digital está muy definida. Por no hablar de si eres un usuario asiduo a redes sociales, portales eCommerce o servicios de contenido en streaming, por ejemplo. Entonces, eres como de la familia para las grandes tecnológicas. Pero ¿qué es la identidad digital? Podríamos decir que es el 'resultado del análisis de la huella que una persona deja cuando entra en Internet'. Ahora bien, cualquier cosa que haces en la Red deja una pista, así que tu rastro digital es algo mucho más complejo que unas miguitas que sueltas por el camino cuando buscas en Google o compras en Amazon.
'TRAnspAREncIA', 'cOnsEnTImIEnTO' O 'AnOnImIzAcIón' sOn LAs cLAvEs DE unA sOcIEDAD cADA vEz más DIgITAL.
Tu identidad digital es una completa colección de tus datos personales, familiares, laborales y sociales, gustos, hábitos y horarios, e ideologías, entre otros, que permiten definir un perfil exacto de tu persona. Y solemos pensar que 'los malos' son los únicos interesados en estos datos, pero el entorno cercano, en el que más confiamos, es tanto o más curioso. Y es que, el impacto de la tecnología en la esfera de la vida privada y las técnicas de análisis de datos −data mining− han hecho que sea complicado diferenciar entre qué pertenece a la intimidad y qué al ámbito de lo público. Es el nuevo paradigma de la era de la información, en la que disfrutamos de los servicios sin sopesar el coste.
Vivimos en una sociedad ultra-conectada y el correcto tratamiento de los datos es un factor crítico para generar confianza entre los consumidores. El problema es que la línea que divide lo privado y lo público es difusa y no siempre está bien dibujada. Preguntas como '¿qué es un dato personal?' tienen clara respuesta. Otras, como '¿a quién pertenece el rastro que dejamos?', no tanto. Las empresas defienden que es de su propiedad y la clave de su rentabilidad; los usuarios, por contra, opinan que les pertenece. Las políticas de 'transparencia', 'derecho al olvido', 'consentimiento' o 'anonimización' son las claves en una sociedad cada vez más digital.