España aprueba el Sello de Reparabilidad
Como ya ocurre en otros países europeos como Francia, en España también se van a usar las etiquetas de reparabilidad. Ya han sido aprobadas por el Gobierno.
Un proceso tan sencillo como cambiar la batería del móvil cuando esta se estropea, es casi una misión imposible con los nuevos modelos de smartphone que hay en el mercado. Y esto no solo es así con los teléfonos móviles. En el caso de la mayoría de los dispositivos electrónicos, los usuarios se encuentran ante un problema similar: al más mínimo fallo o rotura, compensa más comprar uno nuevo que arreglar el viejo.
Sin embargo, esta dinámica supone un nivel de contaminación mundial que no nos podemos permitir. Bruselas calcula que se dejarían de gastar 711 millones de metros cúbicos de agua al año, gracias a la reparación de las lavadoras, y 16 millones por los lavavajillas. Como respuesta, el Parlamento Europeo aprobó el año pasado el nuevo ‘derecho a reparar’. El objetivo es que el proceso de reparación pase de estar bajo el control de las marcas a ser un derecho accesible para los consumidores. En la actualidad, los fabricantes tienden a complicar esta tarea blindando sus dispositivos, ofreciendo instrucciones muy complejas o permitiendo que la reparación solo sea posible a través de equipos técnicos aprobados por las compañías. Como resultado, el hecho de arreglar un frigorífico o un smartphone se ha convertido en un proceso complicado, lento y bastante más costoso que comprar uno nuevo y tirar el antiguo. Sin embargo, próximamente, con el establecimiento de este derecho por parte de la UE, se obligará a los fabricantes a crear un sistema de reparación mucho más sencillo, que permita encontrar fácilmente repuestos, que ofrezca instrucciones sencillas y que no requiera herramientas muy específicas para la reparación. Los fabricantes también estarán obligados a indicar la vida útil de sus productos, a través de etiquetas informativas.
Con esta iniciativa, se podría alargar la vida útil de los electrodomésticos hasta, por lo menos, una década y evitaría que el ciudadano europeo genere, de media, hasta 16 kg de residuos electrónicos al año.
Las Etiquetas de Reparabilidad
El pasado día 15 de marzo fue el Día Mundial de los Derechos de las Personas Consumidoras, y
El Sello de Reparabilidad va a indicar lo fácil o difícil que es arreglar un producto, con un valor del 1 al 10
el gobierno español quiso aprovechar esa fecha para anunciar que los productos eléctricos y electrónicos llevarán una Etiqueta de Reparabilidad. Este sello indicará lo fácil o difícil que es reparar un producto, con un valor que irá del 1 al 10. De esta manera, una buena puntuación significará que se puede reparar con facilidad; si suspende, indicará que la reparación es costosa a nivel técnico o, directamente, que no se podrá llevar a cabo.
La medida pretende así otorgar a los consumidores información valiosa, relativa a su derecho a reparar y a no tener que desechar un producto que haya dejado de funcionar, pero que sin embargo podría seguir resultado útil. Se trata de una manera de luchar contra la obsolescencia programada. Además, estas medidas irán acompañadas de modificaciones en las leyes sobre el derecho a reparar, de manera que los consumidores tengan derecho a que les reparen sus dispositivos electrónicos y eléctricos, si es posible. La excusa “es que nosotros no reparamos, compre uno nuevo”, ya no servirá. Disposiciones similares ya funcionan desde el año pasado en Francia y pretenden, como ya hemos dicho, alargar la vida útil de los productos y, con ello, reducir la contaminación y el consumo de los recursos naturales.
Así serán las Etiquetas
Estos Sellos de Reparabilidad vendrán en la parte exterior de todas las cajas de los productos electrónicos, desde móviles a televisores, lavadoras, altavoces, etc. También será obligatorio que se muestren en las fichas de las tiendas online, y ayudarán a los consumidores a tomar mejores decisiones en el momento de la compra. La medida quiere incentivar así, tanto en consumidores como en fabricantes, la reparabilidad frente a la obsolescencia, como método para poder llegar a reducir la huella ecológica.
Este Índice de Reparabilidad se otorga en base a cinco criterios objetivos y, para calcularlo, se tendrá en cuenta la documentación proporcionada por el fabricante sobre la reparación y sobre la facilidad para desmontar el producto. En el cálculo total, también sumará la disponibilidad de las piezas de repuesto, la relación entre el precio de estas y el producto original, así como otros criterios específicos en función de la categoría AEE (asistencia y facilidad en el reinicio de software).
Además, cada baremo tendrá un máximo de veinte puntos y el Índice de Reparabilidad se calculará sumando todos los puntos y dividiendo el resultado entre diez. Serán los propios fabricantes o importadores quienes calculen el índice de los dispositivos eléctricos o electrónicos que comercialicen. Por su parte, las autoridades de Consumo y de Vigilancia de Mercado serán quienes supervisen que el etiquetado es correcto.
Se busca alargar la vida de los productos y reducir la contaminación y el consumo de recursos naturales