EN QUÉ DEBEN FIJARSE LOS AFICIONADOS A LOS JUEGOS
En el centro de toda decisión de compra de un monitor nuevo, está la cuestión del tamaño. Los modelos de 27” (68 cm de diagonal, unos 60 cm de ancho) ofrecen un buen compromiso entre tamaño de imagen y un campo de visión cómodo.
Hercios y tiempo de respuesta
Los juegos solo son divertidos si la pantalla muestra los movimientos con fluidez y gran detalle. Asegúrate de que el monitor tenga una frecuencia de refresco de al menos 144 Hz. Cuanto mayor sea esta, más a menudo actualizará el monitor la imagen por segundo, lo que significa que los adversarios aparecen literalmente antes en la pantalla. Esto requiere un hardware potente, porque el monitor solo puede mostrar tantas imágenes como calcule la tarjeta gráfica. Para tarjetas de gama media, lo mejor es un monitor con resolución WQHD. La impresión de imagen es lo suficientemente nítida y, al mismo tiempo, las tarjetas gráficas más asequibles ya pueden gestionar esta resolución con 144 Hz. Los propietarios de una tarjeta gráfica de gama alta deberían optar por un monitor con resolución 4K. El tiempo de respuesta o conmutación también es importante. Es el lapso que tarda un píxel en pasar del negro al blanco. Los fabricantes suelen indicar que es de un milisegundo, un valor que se consigue en el laboratorio en condiciones óptimas, pero que está muy alejado de la realidad. Los tiempos de conmutación buenos y realistas se sitúan entre 3 ms y 20 ms. Se aplica lo siguiente: cuanto menor sea el valor, menor será la probabilidad de que se produzcan rayas.