pioneras... para bien y para mal
en los 90, hubo problemas para lograr entender Cómo adaptar los juegos al Cine y la televisión
Ya a principios de los 90, se vio que los videojuegos tenían potencial para inspirar adaptaciones cinematográficas y televisivas, pero en general aún no había una cultura clara sobre cómo realizarlas y se lanzaron múltiples medianías.
Los videojuegos ya existían en los 70 y los 80, pero fue en los 90 cuando las grandes productoras de cine y televisión cayeron en la cuenta del tirón que podían llegar a tener. No obstante, como sucede con la mayoría de las industrias, hubo serios problemas para entender cómo adaptar esos universos interactivos. Y, aunque llegó alguna que otra mínimamente potable, durante muchos años se sucedieron obras que no hacían honor al material original.
Super Mario Bros, la popular mascota de la marca Nintendo, también inspiró una serie de dibujos animados; al igual que Sonic, quien entonces era su némesis, tanto en el género de las plataformas como en el marco de la rivalidad Nintendo-Sega. De esta última, seguro que los más veteranos aún recordarán la mítica canción de apertura. "¡Y un día llegará en que tu planeta liberado será!".
En aquella época, muchos juegos daban que hablar por su alto componente de violencia, y el cine de acción no perdió la ocasión de echar mano de algunos de los mejores nombres del beat'em up y de la lucha. Del primer grupo, cabría destacar Double Dragon, mientras que en el segundo generaron un gran ruido las adaptaciones de dos licencias tan punteras como Mortal Kombat y, sobre todo, Street Fighter. En esta última, el héroe de acción Jean-Claude Van Damme se convirtió en Guile, pero el despropósito de serie B aún perturba a quienes sufrieron el particular ‘sonic boom’. Y, años más tarde, también la lucha de Dead or Alive saltaría al celuloide.
En la siguiente década, la primera del siglo XXI, siguieron sucediéndose las mediocridades. Se dejaban ver las dos películas de Tomb Raider protagonizadas por Angelina Jolie, a quien el papel de Lara Croft le iba como anillo al dedo, pero hubo metralla para dar y regalar. La ejemplificaron como nadie las películas basadas en sagas de terror. Por un lado, llegaron múltiples filmes de Resident Evil protagonizados por la también explosiva Milla Jovovich y, cómo no, las infamias perpetradas por el director alemán Uwe Boll, una suerte de Atila especialista en destrozar videojuegos. Por sus manos, pasaron licencias como Alone in the Dark , BloodRayne y The House of the Dead, amén de Rampage, Postal o Far Cry.
Doom o Hitman, sagas de acción por excelencia, también contaron con sus respectivas adaptaciones cinematográficas. En el caso de la primera, fue con un musculoso Dwayne Johnson, alias The Rock, como protagonista. En la saga del Agente 47, se aprovechó también para meter en la ecuación a una joven Olga Kurylenko. Por último, merece una mención especial la saga Final Fantasy, que contó con adaptaciones como por ejemplo La fuerza interior o Advent Children. La primera de ellas tenía poco que ver con los juegos marcando de esta manera un enfoque totalmente distinto en su interpretación cinematográfica.