JUEGOS ULTRAANCHOS

Gracias a su panel QD OLED, el Odyssey OLED G9 de Samsung tiene potencial para ser el mejor monitor para juegos de todos los tiempos. ¿Lo conseguirá?

Lo primero que llama la atención del Samsung Odyssey G9 es el tamaño de su caja. En su interior hay una pantalla de 49” (diagonal de 1,24 m), que viene a ser como dos unidades de 27” colocadas una junta a otra, salvo por el borde que las separa, claro. Pero ¿qué más ofrece por sus 1.580 €?

Ventajas de la pantalla curva

En comparación con el Odyssey Neo G9, el OLED G9 ocupa mucho menos espacio en el escritorio. Esto se debe a que la pantalla es más fina y también menos curvada. Así, el Neo G9 tiene un radio de curvatura más cerrado, de 1000R, en lugar de 1800R. En comparación con las pantallas planas, esto acorta la distancia de los ojos a los bordes de la pantalla y evita tener que girar un poco la cabeza.

No hay nada más ancho

Gracias a la relación de aspecto ultraancha 32:9, en EA Sports FC 24, por ejemplo, se puede ver casi todo el campo de juego a la vez. En títulos de carreras la inmersión se aprecia aún más. Sin embargo, no todos los juegos admiten este formato de manera nativa y mucho menos en consolas. Lo normal es una proporción de 16:9, con lo que aparecen unas barras negras a los lados. Eso sí, la calidad del panel OLED con sus píxeles autoiluminados es realmente impresionante.

Más oscuro, con un motivo

Gracias a una alta cobertura de la gama cromática, el OLED G9 muestra los colores muy creíbles, con fidelidad del 96,6 %. Lo único a lo que Samsung parece poner freno es al brillo. El monitor alcanzó un valor máximo de 250 cd/m2 con contenido SDR. Se trata de un valor relativamente bajo para un panel QD OLED. En HDR, sin embargo, se alcanzaron hasta 416 cd/m2 en algunas zonas pequeñas, con brillos individuales que incluso se elevaban a 700 cd/m2. De todas formas, el OLED G9 no se acerca al deslumbrante brillo máximo de 1.035 cd/m2 del Neo G9, equipado con mini LED.

Panel siempre a salvo

El riesgo de quemado es propio del OLED. Sin embargo, la tecnología ha avanzado tanto que la posibilidad de degradación es baja. De este modo, en nuestro modelo de pruebas, la visualización de imágenes estáticas de alto contraste durante horas no mostró problema alguno.

Para jugadores exigentes

Quien quiera jugar con la resolución nativa de 5.120 x 1.440 píxeles y el máximo posible de 240 Hz necesitará un hardware a la altura. Si no se tiene a mano una tarjeta gráfica RTX 4090 (disponible a partir de 2.000 €), lo suyo es activar ayudas como AMD FSR, Nvidia DLSS o Intel XeSS. Esto sirve para llenar el panel con una calidad aceptable y aumentar de paso los fps. Hace falta tener en cuenta que, de fábrica, el modo Eco viene ajustado a 120 fps como máximo. Mientras los 240 Hz del modo juego saturan la imagen en exceso. En ambos casos, el tiempo de respuesta se queda en unos aceptables 2,7 ms.

Un monitor inteligente

El OLED G9 también se puede utilizar sin un PC. Cuenta con WiFi y dispone de todas las aplicaciones de streaming habituales. Incluso es posible jugar en la nube. Por otro lado, los altavoces integrados son sorprendentemente buenos.

CONCLUSIÓN

El OLED G9 impresiona con un contraste perfecto, una frecuencia de imagen de 240 Hz y unos tiempos de conmutación extremadamente cortos. La tecnología OLED es ideal para jugar, pero si se quiere también trabajar con un monitor para juegos, es mejor decantarse por el modelo Samsung LCD Neo G9 (1.150 €).

Especificaciones: Pantalla: QD-OLED, 49” (124,4 cm) Resolución: 5.120x1.440 píxeles Dimensiones: 119,5x52,9x23,7 cm Precio: 1.580 € Web: samsung.com