Editorial
ESCUCHADO EN RESTAURANTES, EN DISCOTECAS, REUNIONES, FIESTAS y hasta en la calle. Es el nuevo brindis que pide –además de salud, paz, dinero y amor– un buen viaje. Sin distinción de edad, género, geografía e historia, deseamos disfrutar la belleza del mun
LLo pedían mis amigos entre copas de champagne. Y los compañeros de trabajo de mis hijos, mi gestor y mi dentista. El taxista que me llevó al aeropuerto un amanecer de niebla; los de la mesa de al lado en uno de mis restaurantes favoritos, una pareja ultrachic en la tienda gour-met del barrio, los colegas que llevan showrooms de moda, los mecánicos del taller que me permiten ir tranquila por nuestras carreteras, un cocinero famoso y de inmenso corazón; mi familia desde Argentina, la pandilla de Ibiza, los amigos de Miami, dueños de esa dosis tan alta de sol y alegría. Y así hasta parar de contar porque de verdad que el deseo de viajar ha estado presente en muchos brindis, y es la primera vez que registro este subidón de mundanidad necesaria, de petición viajera junto a los infaltables mantras. Magnífica es la señal, porque el deseo de ver mundo y, sobre todo, de sacar placer y conocimiento de él es directamente proporcional a la vitalidad y al buen humor que produce. Si viajas, conduces tu vida hacia territorios de placer; empatizas con gente, lugares y situaciones. Abres la compuerta de las endorfinas sin necesidad de meterle aditivos al cuerpo. Descubres que tu capacidad de sorpresa no tiene límites y tu capacidad de pasártelo bien tampoco. Cuando la gente brinda está invocando ese sortilegio que empieza con el solsticio de invierno y debe acompañarnos hasta el siguiente: un año con buena onda en las cosas fundamentales –repito, salud, paz, dinero y amor– y con otras que de puro interesantes, energéticas, motivadoras y divertidas terminarán por ser fundamentales. Este año, y no será el último, el deseo de viajar ha entrado, con millones de brindis, en la quiniela ganadora. Gracias a todos por la parte que nos toca. Ya sabéis que desde Condé Nast Traveler seguiremos abriendo el mapa del mundo para volcar en nuestras páginas la belleza, las palabras, las experiencias, el conocimiento y el trabajo de todas las personas que nos han convertido en la revista de viajes más influyente.
SANDRA DEL RÍO Directora