BALLYPORTRY
Al noroeste del condado de Clare, encontramos un sombrío paisaje de piedra, agua y cielo. Los páramos se pierden en el horizonte. Las flores silvestres florecen entre planchas de roca caliza. Lagos negros se asientan a los pies de perturbadoras colinas. Azotado por vientos atlánticos, el Burren está hecho para los castillos. Las fortalezas y las torres medievales parecen creaciones naturales, son guardianes de este hermoso y severo país. Ballyportry es uno de los más increíbles, una tower house
construida en el siglo XV para los O’Brien, descendientes de Brian Boru, el rey supremo de Irlanda.
Se cree que esta región occidental es remota y campechana. Pero en el medievo, cuando el mar era más fiable que la tierra, zonas como el Burren estaban unidas al continente. En su día, Ballyportry tuvo una bodega de vinos franceses, tapices holandeses, cerámicas y sedas de España, libros y rosarios de Roma. Esta no era la fortaleza de un bárbaro cacique, sino el hogar de una élite educada y sofisticada, los aristócratas de la orden gaélica, que prosperaron antes de que llegaran los ingleses.
La reconstrucción de Ballyportry, en la década de 1960, fue obra del estadounidense Bob Brown. Cuando descubrió que sus vicios en Nueva York –trasnochar y beber demasiado– eran virtudes en Clare, decidió quedarse, y en un momento de locura compró Ballyportry. Brown, pionero en la restauración de tower houses medievales, fue inspiración para muchos renovadores posteriores, como Frank y Aifric Gray de Ballybur. LA VIDA AL AIRE LIBRE En la otra página, en el sentido de las agujas de reloj desde arriba a la izquierda, pared de piedra del escarpado paisaje del Burren, en el condado de Clare; jinete en el castillo de Lismore, propiedad del duque de Devonshire; un árbol del humo en el jardín del castillo; y el salón.