La nueva frontera del lujo
En una isla privada del sur de Camboya, el valor del Song Saa va mucho más allá de sus villas de ensueño y sus playas de arena blanca.
Hasta 2005, cuando abrió el Song Saa, en Camboya no había ningún resort de lujo en la playa, y mucho menos en una isla privada. Pero el Song Saa ha sido el motor de muchos cambios y, desde entonces, nada ha vuelto a ser lo mismo en el archipiélago de Koh Rong. Ahora los niños insisten a sus padres sobre la necesidad de reciclar apropiadamente la basura, los cultivos son más ricos, saludables y rentables gracias a unas mejores prácticas, y los pescadores ya no utilizan redes de arrastre para no dejar atrapados a los dugones, una especie de vaca marina, que aún habitan en las praderas submarinas. Hoy en día, estos dugones, su hábitat y el resto de los ecosistemas y de la fauna de estas islas –arrecifes de coral, manglares, cientos de especies de aves, tiburones ballena...– están protegidos por la primera reserva marina del país, y sus 2.500 habitantes se benefician de innumerables iniciativas de desarrollo social sostenible. Cuando el matrimonio propietario del Song Saa, los australianos Rory Arriba, una alumna del Song Saa Sea Turtle. el resort se encuentra en una paradisíaca isla privada.
y Melissa Hunter, comenzaron con la construcción del resort en una de las 15 islas de Koh Rong, su obsesión era que fuera lo más ecológico posible y su compromiso, preservar el patrimonio natural y cultural de esta remota y desconocida zona del país. Pero pronto se dieron cuenta de la responsabilidad que tenían entre manos y de la necesidad de buscar soluciones sostenibles a los problemas locales. Así, en 2006, crearon la primera reserva marina de Camboya y la primera planta de reciclaje seria de la región. Poco después extendieron su protección a tierra firme y a sus pueblos. Este fue el principio de un serie de iniciativas de protección humana y medioambiental que culminó en 2013 con el lanzamiento de la Fundación Song Saa (songsaafoundation.org), una organización no gubernamental independiente que cuenta con personalidades como el príncipe Alberto II de Mónaco entre socios destacados. Desde la fundación se colabora con los pescadores para implantar técnicas de pesca menos agresivas, se han generado nuevas oportunidades de empleo, se promueven negocios locales y se han creado centros de educación, algunos tan interesante como el Song Saa Sea Turtle, orientado a convertir a los niños en los protectores de la naturaleza del futuro.