Salud y bienestar en la Costa del Sol
La Clínica Buchinger Wilhelmi es una empresa familiar que destaca por su dedicación y el calor humano hacia el paciente. Situada en un enclave idílico de Marbella, su arquitectura es ligera, luminosa y con materiales naturales. La clave de su éxito no está solo fundamentada en el ayuno terapéutico, sino que incluye un programa multidisciplinar en el que el tratamiento se complementa con coaching personal, sesiones de yoga, meditación, paseos y ejercicio físico monitorizado, fisioterapia, un plan dietético personalizado y terapias medicinales tanto tradicionales como alternativas. Una experiencia integral en estancias de 7, 10, 14 o 21 noches ampliables en el que su completo equipo de profesionales está a la entera disposición del paciente.
jardín de cuento, un lugar de aprendizaje –alberga un centro de investigaciones ambientales y forestales– y una reliquia del esplendor pasado. El político gallego Montero Ríos adquirió la construcción en el siglo XIX como residencia de verano. Con sus privilegiadas vistas sobre la ría, el pazo alojó a personalidades de la época y fue testigo de algunos tejemanejes de la Restauración. Su actual estado, pendiente de rehabilitación, le da un aire melancólico al jardín, en el que árboles de todas latitudes crecen entre las estatuas modernistas, el palomar, el invernadero o las galerías del edificio.
Pero un recorrido por jardines idílicos no estaría completo sin acercarse a Meis, al Pazo de la Saleta, el próximo secreto a voces a 20 kilómetros de Pontevedra. La que, según la Unesco, es “una de las colecciones botánicas privadas más importantes de España” nació del empeño de Robert y Margaret Gimson, una pareja de ingleses que se estableció en Galicia a finales de los 60 y se dedicó a plantar especies de todo el mundo. Hoy son Blanca Coladas y su hija Silvia Rodríguez quienes continúan este legado incrementando las especies y, lo mejor, abriéndolo al público. Hasta hace un par de años –cuando se incluyó en la Ruta de la Camelia– era visitado casi exclusivamente por extranjeros connoisseurs y amantes de la jardinería –entre ellos el arquitecto de los Agnelli o propietarios de castillos en el Loira–. Son precisamente las camelias, que llenan de color el invierno, su principal reclamo. Pero el jardín contiene suficientes tesoros como para que la visita merezca la pena en todas las estaciones: en verano la luz realza los colores, en otoño florece la poco conocida Camellia sasanqua y en primavera… ¿de verdad hacen falta motivos para recorrer un jardín en primavera?