Condé Nast Traveler (Spain)

“LA CIUDAD NUNCA DUERME. CLUBES, BARES Y NUEVOS RESTAURANT­ES ABREN TODOS LOS DÍAS. LA SELECCIÓN ES INTERMINAB­LE Y MUY ATRACTIVA”

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Naciste y creciste en Tel Aviv. ¿Cómo defines tu ciudad?

Ha cambiado en los últimos años, convirtién­dose en una de las ciudades más innovadora­s, con una vibrante escena nocturna y uno de los principale­s centros tecnológic­os del mundo. También es una ciudad de familias jóvenes con una gran comunidad de padres y un centro cultural de la región. ¡Me encanta!

¿En Tel Aviv encuentras todo lo que puedes encontrar en las grandes capitales del mundo?

Es cierto, he viajado a muchos lugares y vivido en el extranjero y al final, elegí formar familia en Israel. Creo que tiene que ver con el hecho de que tuve una estupenda infancia aquí y también la deseo para mis hijos, pero Tel Aviv realmente ofrece todo. Tenemos una playa, grandes parques, maravillos­os museos y cultura. La ciudad es pequeña y acogedora, pero nunca duerme.

Tecnología, libertad, buena vida... ¿para ti, qué es lo que la define mejor?

Las palabras ‘buena vida’ lo abarcan todo: la ciudad está viva y animada todo el tiempo, durante el día, las calles están llenas de cafeterías, la gente monta en bicicleta y puedes ver a las mamás jóvenes con sus bebés por todas partes. La gente se sienta en los bancos de las avenidas y lee, pasea a sus perros o se tumba en la playa; es una auténtica sensación de libertad. Israel también es conocido por su tecnología y las grandes start-ups. Por la noche, la ciudad no duerme. Clubes, bares y nuevos restaurant­es abren todos los días, ¡la selección es interminab­le!

¿Puedes darnos algunos consejos y pistas para los lectores de Condé Nast Traveler?

El mercado de las pulgas tiene una atmósfera diferente; puedes encontrar buenos lugares para comer y el ambiente es especial. También recomiendo el mercado de Sarona, un nuevo espacio gastronómi­co en la ciudad. Mi lugar favorito ahí es Segev. Para ir de compras, Neve Tzedek, el barrio de calles pequeñas, con casas y tiendas, es mágico. Hay muchas playas y bares, ya que la ciudad está construida en la costa. Os recomiendo el restaurant­e Lala-Land. Para tomar algo, iría a un bar que se llama Bustan, en Neve Tzedek. Adoro las galerías de arte de la avenida Rothschild, podría pasarme todo el día entrando y saliendo de ellas.

Acabas de tener un bebé y esperas otro. ¿Cómo logras compaginar ser madre y profesiona­l?

Como madre, estoy bastante libre y no me estreso, y no soy tímida para pedir ayuda. Hago ejercicio varias veces a la semana cuando la niñera cuida de Liv; además, su padre es muy activo y está comprometi­do con la paternidad. A veces pido ayuda a los abuelos y así me aseguro de tener tiempo para estar a solas con mi marido y para salir de noche. ¡Creo que mi hija será feliz si nosotros somos felices!

¿Algún secreto de belleza?

Hago pilates y TRX dos veces a la semana. El fin de semana intento exprimirlo para pasear por la playa con amigos. Me encanta hacer ejercicio, me mantiene feliz y con energía. No tengo ningún secreto de belleza, pero necesito sentirme guapa para estar guapa. Necesito mis horas de sueño, mi entrenamie­nto, y comer de manera saludable me ayuda.

¿Puedes hablarnos de tu faceta de empresaria?

Soy socia de una compañía de gafas llamada Carolina Lemke Berlin. Ahora elijo mis trabajos con mucho cuidado y por eso, cuando estoy trabajando con una marca, sé que será durante años. Es importante que me guste la gente que hay detrás de ella y creer en la compañía y sus valores. La familia lo es todo para mí. La vida es un viaje, y las personas que siempre estarán ahí conmigo son las más importante­s. Mi marido es mi mejor amigo, es mi compañero en todo lo que hago. Aprendo de él todos los días y estoy más enamorada a medida que pasa el tiempo. El respeto por el otro, después de ver a tu alma gemela cuidar de tu hija es enorme, el aprecio por las pequeñas cosas, la paciencia y el cuidado que compartimo­s. El amor crece y estoy agradecida por haber encontrado esa alma tan especial para compartir mi vida.

¿Cuáles son para ti las semejanzas y las diferencia­s entre Tel Aviv y las ciudades españolas?

Barcelona y Tel Aviv son ciudades costeras y pienso que eso da una vibración especial a la ciudad y a la gente que vive en ella. El ambiente en Barcelona es parecido al de Tel Aviv, en el sentido de que la gente disfruta la vida; son curiosos y les gusta pasarlo bien.

¿Un mensaje para los que quieran visitar Israel?

¡Que lo van a pasar muy bien! Les aconsejo que hagan una maleta ligera, la vida aquí es muy sencilla y simple. No vengas a dieta porque la comida es una de las mejores que he probado nunca. Y asegúrate de tener dos días extra para visitar Jerusalén, el mar Muerto, Masada y todos los lugares famosos fuera de Tel Aviv, que son muchos. Vale la pena.

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