TORRE DE TRAMORES
La familia Goldsmith lleva alquilando Tramores como lugar de vacaciones desde 1995, y lo primero que verás al llegar es un gigantesco aparador hundido por el peso de las fotografías: ahí está sir James recibiendo un premio y lady Annabel con Lady Di, retratos de los niños –Robin, India, Jemima, Zac y Ben– e instantáneas de las vacaciones con los nietos. La finca toma su nombre de una torre de vigilancia morisca del siglo X que se conserva en ruinas. La casa, de 10 dormitorios, se siente vivida y muy casera. En los baños lucen azulejos pintados a mano, en el comedor se sientan hasta 20 comensales en torno a la gran mesa de roble y en la biblioteca hay una mesa para jugar a las cartas (a todos los juegos que se te ocurran). Con dos piscinas –una climatizada, abierta todo el año–, una pista de tenis, una sala de juegos y un helipuerto, este lugar está pensado para que familias y grupos de edades diversas se lo pasen en grande juntos. En tus paseos por los jardines busca la Datura inoxia, una flor que las damas victorianas echaban al té de sus invitados para que se desinhibieran. Dicen que si duermes la siesta entre ellas, tienen un efecto ligeramente alucinógeno que hará que lo veas todo aún más maravilloso. Tel. 952 856 038; tramores.com; toda la propiedad alrededor de 25.700€ a la semana.