Ciudad del Cabo
COMPARTIMOS HUSO HORARIO Y TAMBIÉN COSTUMBRES, COMO EL APEGO A LOS GINTONICS Y A LA CASQUERÍA. UN ESTILO DE VIDA QUE EN CIUDAD DEL CABO ADOPTA UNA TONALIDAD DE VANGUARDIA Y CREATIVIDAD. Y MÁS AHORA CON LA APERTURA DE SU MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO AFRICAN
Te descubrimos la modernidad de esta urbe y te proponemos varios planes que, si bien podrías hacer aquí, son más sugerentes y divertidos en la ciudad sudafricana.
Cuando el reloj de la Puerta del Sol de Madrid marca las 12 de la mañana, en el de Greenmarket Square, en el centro de Ciudad del Cabo, las agujas del edificio art déco que preside la plaza, la grande y la pequeña, apuntan al cielo señalando exactamente la misma hora: las 12 en punto. Así, tras 15.000 kilómetros y diez horas de avión, la manilla del Longines no pide ni media vuelta de tuerca. Ni abajo ni arriba. Pero que ambas ciudades compartan meridiano se refleja en algo mucho más tangible: que no hay jet lag. Ni a la ida ni a la vuelta. Lo que significa bajarse del avión como una lechuga y acoplarse al ritmo de la ciudad sudafricana al trantrán, y volver a casa como quien vuelve de un fin de semana en Fuengirola. Eso sí, una vez allí hay mucho por hacer. Muchas cosas únicas y otras que también se podrían hacer aquí. Y a la misma hora. Pero que preferimos hacer allí porque, ahora sí que sí, esos 15.000 kilómetros y esas diez horas de avión marcan la diferencia. El museo de arte es la excusa. La causa. La razón por la que viajamos (o volvemos a viajar) a Ciudad del Cabo precisamente ahora. Hace tiempo que el V&A Waterfront, el antiguo puerto que se ha convertido en una lujosa marina, nos hace señales y guiños. Es la zona de ocio por excelencia de la ciudad y recibe más de 24 millones de visitantes al año. Aquí, muchas de las mejores apuestas de restauración se han concentrado, los diseñadores emergentes han encontrado en el mercado del Watershed su perfecto escaparate y se han abierto varios museos. Pero ninguno como el Zeitz Museum of Contemporary Art Africa, una institución de peso mundial con una voz alta y clara que nunca antes se había escuchado: la voz de África. Por eso ahora es el momento.
El arquitecto británico Thomas Heatherwick (autor del pebetero de los Juegos Olímpicos de Londres, el Rollong Bridge o los nuevos buses de dos pisos de Londres) ha rehabilitado el edificio, un antiguo silo de grano de hormigón de los años 20, muy querido por los capetonians, en el llamado Silo District. En él se alojará la colección personal de Jochen Zeitz. Amigo de causas humanitarias y sociales, amigo de Richard Branson y muy amigo también del arte en general y del arte africano en particular, el ex CEO de Puma la ha cedido para que el continente entero (y el mundo en general) pueda disfrutarla aquí.
El estreno llega a lo grande, cuatro días de festejos coincidiendo con el Heritage Weekend durante los cuales la entrada será gratis: una inauguración de puertas abiertas para un museo que pretende ser de puertas abiertas permanentes, con facilidades y descuentos para niños, sudafricanos y africanos en general. Y con el foco puesto en los programas educativos. Porque no se trata sólo de exhibir, de