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La top Raquel Zimmermann se trajo de India el mejor souvenir: nociones de meditación trascendental.
La top Raquel Zimmermann en India.
Quizá fue el fotógrafo Steven Meisel quien encendió la chispa de su fama internacional allá por el año 2000, en una portada de Vogue Italia. Pero, sin duda, fue Narciso Rodríguez quien inmortalizó para el imaginario colectivo los delicados rasgos de Raquel Zimmermann –inesperados dado su origen brasileño– asociándolos a su familia de fragancias de culto. El aura de fortaleza de la modelo, con dosis justas de vulnerabilidad, representa el lanzamiento más importante de la firma para este año: Narciso Eau de Parfum Rouge, excusa que nos ha permitido charlar con ella sobre su última pasión viajera: India.
Viajar es una parte importante de tu trabajo, pero ¿qué destinos prefieres para tus vacaciones? Adoro volver a mi país para conectar con mis raíces. En mi último viaje a Brasil visité Salvador de Bahía, que es precioso. Me encanta estar rodeada de naturaleza y sentir su energía.
Has sido modelo desde muy joven, lo que significa muchas horas lejos de casa. ¿Tienes algún ritual que te ayude a mantener el equilibrio? Llevar un estilo de vida saludable es importante, y resulta complicado con tanto viaje. La meditación ayuda, por lo que se la recomiendo a todos. Recientemente estuviste en India aprendiendo sobre esta disciplina. ¿Dirías que el yoga y la meditación han cambiado tu vida? ¿Qué te ha enseñado este país? En la sociedad actual todo va acelerado y puede ser difícil estar presente en cada momento. La meditación trascendental y el yoga son una gran herramienta para ayudarnos a bajar el ritmo y apreciar la belleza de las pequeñas cosas que a menudo damos por supuestas, o de la importancia del bienestar y el contacto con la naturaleza.
¿Cuál es tu retiro preferido en la India? Mis ciudades favoritas son Rishikesh y Varanasi, al norte. ¡Es un lugar fascinante! Cuando estuve allí, sentí que realmente estaba en un campo energético diferente. ¿Descubriste algún proyecto interesante? Por supuesto, siempre me han atraído la artesanía y artes tradicionales, y la cerámica es una de las más antiguas formas de expresión. Otra influencia la encontré en Japón, de hecho en Nueva York me he aficionado a una técnica nipona de cerámica.
¿Algún disco que sirviese de banda sonora de tu viaje? Ravi Shankar es uno de mis músicos favoritos desde hace tiempo, y
también su hija, la artista Anouska Shankar, cuyo álbum Land of Gold es realmente maravilloso.
¿Cuál fue tu sabor favorito allí? ¡Definitivamente los chai lattes! Y como los indios son tan hospitalarios, siempre te ofrecen uno allá donde vayas... ¡es maravilloso! En Varanasi me encantó el restaurante del hotel Brijrama Palace, y también el café Brown Bread Bakery, en una azotea. En Rishikesh me gustó mucho el café orgánico Ramana. ¿Y un aroma que asocies a este país? India tiene una espectacular mezcla de aromas en el aire. Es una combinación de especias con el incienso de los templos y está presente todo el tiempo. Si debo quedarme con una esencia, la del sándalo con el cardamomo.
Si tuvieras que elegir una cosa de la India, ¿qué sería? Estoy enamorada de sus telas, así que un sari de seda.
¿Qué postales te llevas grabadas en la retina? Los ghats del Ganges al amanecer, cuando los peregrinos van a la orilla para orar. También la playa de Galgibaga en Goa. O Sarnath, en las afueras de Varanasi, donde Buda pronunció su primer discurso sobre el Dhamma.