Caravaggio, dime que soy guapa
Emma Stone, Brad Pitt o Jay Z ya se ocultan tras ellas. El éxito de las gafas Etnia Barcelona tiene mucho arte. Muchísimo.
Llegó y rompió con todo. Los esquemas, los récords de ventas (las suyas y las del mercado español), la cantidad de celebrities –Emma Stone, Brad Pitt, Jay Z... y siguen sumando– que llevan sus gafas por las calles y la manera directa y efectiva de acercarse al público. Etnia Barcelona ha llegado y ha vencido, haciendo que sus diseños se conviertan en objeto de deseo de aquellos que no quieren llevar lo que llevan los demás. Rebeldes, sí, pero con causa. Esta firma (independiente) de gafas vive la actual explosión de un bombazo cuya mecha lleva encendida casi dos décadas, pero que empezó a causar aún más revuelo hace un par de años gracias a campañas imposibles de obviar. Hace un par de años, por ejemplo, sus monturas se agarraron de los grafitis del artista Jean Michel Basquiat como inspiración de una colección homónima. Su estreno en sociedad, en Nueva York, tuvo a Solange Knowles como madrina, por lo que desapercibida, lo que se dice desapercibida, no pasó.
Este año han vuelto a hacer lo que han querido –sello y emblema de su personalidad y carácter–, rebelándose ante el arte establecido, pero siempre manteniendo el vínculo que lo une a él desde sus inicios a través de lo que han bautizado como “anartistas”: personajes con ADN sin estereotipos que corrompen la creatividad. Gente cuya visión única destaca por encima de todas las cosas. Y de eso el panorama español, ahora mismo, tiene mucho de dónde rascar. Decidieron entonces “democratizar el arte” con seis artistas, encargados de intervenir las imágenes
publicitarias de su campaña global #BeAnartist Series 3 para la colección P/V 2018.
Hablamos de Nano4814, Mercedes Bellido, Boldtron, Musa71, Cristina Daura y Mr. Piro, creadores anárquicos que “tunearon” con su estilo y trazos las fotografías de Biel Capllonch, en la que los protagonistas de cuadros que emulan a la La libertad guiando al pueblo, de Delacroix; Los borrachos, de Velázquez; La dama del unicornio, de Rafael; o El muchacho mordido por una lagartija, de Caravaggio, llevan micro gafas o lentes minerales en colores rosas, azules y anaranjados. Para hacerse notar aún más, esta creatividad se trasladó a marquesinas de núcleos urbanos de Madrid y Barcelona. Un despliegue de medios muy acorde a la viralización que cunde en el mercado. Todo ello siempre con su base de operaciones como punto de venta –aunque ya cuenta con más de once mil por todo el mundo–, Flagship Store (carrer de l’Espaseria 1-3), en el barrio del Born. Ideado como un espacio de siete plantas, está diseñado por el interiorista Lázaro Rosa-Violán e incluye venta al público, espacios para talleres o presentaciones, así como una terraza-bar con vistas que sirve como guinda de este pastel estridente y creativo que conforma la nueva era del eyewear español (etniabarcelona.com).