TENDENCIAS
O más bien un glosario de ideas y conceptos con los que destinos y empresas turísticas buscarán (y conseguirán) seducirnos durante este año.
Aquí, las ideas y conceptos con las que el mundo viajero nos va a seducir este año.
La concienciación eco ha conseguido que todo el sector busque la forma de reducir el impacto medioambiental. Pero ¿qué hay de la convivencia entre turistas y comunidades locales? En los grandes destinos occidentales, esta relación se está regulando a golpe de impuestos, limitaciones de visitantes y multas contra la incivilidad. En los paraísos naturales, las acciones se encaminan a sostener, reivindicar e involucrar en el negocio a las culturas indígenas autóctonas. Es muy improbable que en 2019 se resuelva cómo regular y, sobre todo, controlar el uso de estos artefactos aéreos. Lo que sí está claro es que los soñadores y pioneros ya se están frotando las manos con las posibles utilizaciones aplicadas al turismo. En la pasada Amsterdam Drone Week se perfilaron algunas muy llamativas, como el uso de este invento como botones en los hoteles, como medio de transporte de personas en cortos trayectos, como ambulancia en catástrofes y como posible vigilante aéreo de seguridad en los cotos de caza de los carteristas. El desafío no es tanto la desconexión digital, sino la reconexión con uno mismo y con el entorno mediante la paz auditiva. De ahí que Finlandia o Taiwán estructuren su oferta de turismo de naturaleza en base a este aliciente o que los retiros sean menos místicos y más médicos. Un paso más allá es el que ha dado la naviera Ponant con su lounge submarino de aislamiento acústico total o el de hoteles como Fogo Island Inn, en Canadá, cuya remota ubicación solo tiene un (gran) atractivo: la nada. No se puede hablar de esta tendencia como una corriente global, ya que visitar cementerios y lugares tétricos es una costumbre muy consolidada en ciudades como París o Varsovia. Sin embargo, en España aún no se habían explorado todas sus posibilidades. Por eso, hace apenas unos meses, la Asociación de Funerarias y Cementerios Municipales lanzó la iniciativa Cementerios Vivos, con la que promocionan la singularidad y la creatividad que caracterizan a los camposantos más espectaculares del país. La búsqueda del efecto Guggenheim en la era de Instagram está llevando al mundo del arte a tomar decisiones un tanto histriónicas. Una de las corrientes más destacadas es la proliferación de galerías y museos construidos bajo tierra que buscan crear espacios inusitados. Un concepto que empezó a explorar el premio Pritzker Balkrishna Doshi en la galería Amdavad ni Gufa de Ahmedabad (India) hace décadas y que ha vuelto a la palestra gracias al Amox Rex Museum de Helsinki y al UCCA Dune Art Museum de Qinhuangdao (China). Viajar en solitario ha dejado de ser una decisión valiente para convertirse en una realidad. Diferentes portales online cifran el crecimiento de reservas por encima del 200% interanual, mientras que hoteles y navieras empiezan a ofrecer habitáculos individuales sin penalización. Este boom se explica por la conectividad global a internet, por una nueva generación de turistas millennials que son viajeros natos y porque la experiencia hace que se improvisen compañeros circunstanciales en cada etapa. Viajar sin documentos va a dejar de ser un concepto romántico y popero. El reconocimiento facial, de pupilas y de yemas digitales ha llegado para quedarse y para hacer que cualquier traslado y cualquier
check in sean más llevaderos. Aeropuertos como el de Atlanta ya disponen de esta tecnología, mientras que Marriott está haciendo pruebas en sus hoteles de China para instalar en cada habitación una cámara que reconozca al huésped y le abra directamente la puerta.
Hace ya 50 años de aquel “gran salto para la humanidad” de Neil Armstrong, un aniversario que se ha convertido en un acontecimiento global y multidisciplinar. En EE.UU, la exposición comisariada por el Smithsonian Destination Moon
parará en Pittsburg y en Seattle. En el museo del diseño de Zúrich se mostrará el impacto de dicho alunizaje en las artes aplicadas, mientras que la instalación Museum of the Moon del artista Luke Jerram viajará por Reino Unido, California y Australia. Si 2018 fue el año de la mujer y de sus conquistas sociales, 2019 será un periodo clave en la transformación del movimiento en realidades. Y el turismo no es ajeno a esta situación y la afronta de diversos modos. Por un lado, está la transformación del viaje en solitario como un ejercicio de empoderamiento. Por el otro, la proliferación de agencias como Women’s Expedition, de Intrepid, o la española Focus on Women, que diseñan itinerarios por y para mujeres y protagonizados por pioneras que están cambiando los diferentes destinos.
LA UTILIZACIÓN MÁS SELECTIVA Y ESPECTACULAR DE LA TECNOLOGÍA CONVIVIRÁ EN 2019 CON LA BÚSQUEDA DE EXPERIENCIAS MÁS INSPIRADORAS, REMOTAS, INMERSIVAS Y ESENCIALES CON EL FIN DE QUE EL VIAJE SEA, POR FIN, UNA VIVENCIA PROFUNDAMENTE CATÁRTICA Y REVELADORA.
Hace 15 años, la Unesco desarrolló la red de ciudades creativas del mundo con el fin de fomentar los lazos entre ellas a través de siete categorías. ¿La más llamativa? La de arte multimedia, una clasificación que nació algo tímida pero con un objetivo: promover la relación entre cultura, tecnología y ciudad. Con 14 miembros, esta red está demostrando que la vanguardia de formatos tiene mucho futuro y es muy atractiva, haciendo que urbes como Austin, Braga o Sapporo se afanen por demostrar que los bits son lienzos para las nuevas generaciones, también de viajeros. La idea de estos hoteles es muy clara: ofrecer estancias en las que vivir el arte desde su concepción hasta su exhibición ¿Cómo? Albergando el estudio de un artista en sus instalaciones o, directamente, alojando a promesas consolidadas para que las charlas en el lobby tengan un aura especial. Ejemplos de ello son el Uxua Casa Hotel & Spa, en Trancoso, Brasil, y el Claridge’s de Londres, donde David Downtown se pasa los días retratando a sus huéspedes más ilustres. Ya en la Edad Media se desató toda una fiebre por crear santuarios que inspirasen viajes piadosos y que, de paso, alentaran la economía y la cultura a su paso. En la actualidad esta corriente ha despertado a la par que el interés de los viajeros por peregrinaciones menos concurridas que permitan un turismo activo. El camino de Kumano en Japón, el de San Olav en Noruega o el Ignaciano en España son tres ejemplos de cómo las rutas piadosas se han transformado en recursos turísticos para viajeros que no tienen por qué ser piadosos. Un estudio recientemente publicado por la plataforma Booking asegura que el 56% de los viajeros busca aprender algo nuevo en sus vacaciones. Un panorama que se justifica por la necesidad de someterse a experiencias fuera de lo virtual y catárticas, dejando a un lado los tutoriales de Youtube para vivir con todos los sentidos. En la práctica, esto se traduce en el auge de los intercambios culturales, de las clases de cocina o de artesanía en destino y de la convivencia con civilizaciones remotas.
Este anglicismo podría traducirse como el aprovechamiento de ciertas fechas para promocionar el aspecto de una ciudad o una región. Una estrategia que viene inspirada por los trending topics
y que está resultando muy útil a destinos como Islas Canarias, que durante el último año ha aprovechado citas como el Día de la Tierra o el de la Felicidad para mostrarse como un destino variado. Otro ejemplo es la conversión de días como el de los Océanos en fiestas globales con mensaje. Según un estudio presentado por TCI Research, 80 millones de viajeros al año eligen su destino de vacaciones tras verlo en una serie o en una película. Esta realidad es la que ha motivado la creación para este 2019 de FITUR Screen, un monográfico sobre cómo rentabilizar mejor los numerosos rodajes que se realizan en un lugar. Porque el desafío ya no es tanto seducir a HBO y compañía, sino saber sacar rédito a los minutos de metraje a través de rutas temáticas, de apps con realidad aumentada y de experiencias inspiradas en la ficción. El slow travel ha llegado al diseño para revalorizar a aquellos artesanos que transforman el paisaje o la ciudad en un objeto. Para darse a conocer de una forma más eficaz, estos creadores se están asociando entre ellos, permitiendo al viajero disfrutar de tiendas, mercadillos y asociaciones que sintetizan el panorama creativo del destino. Espacios como Cows Lane Designer Studio, en Dublin, el Manchester Craft & Designer Center y Tout un Art, en Toulouse, son un ejemplo de ello. ¿Tiene sentido ver una exposición de Van Gogh sin ningún cuadro real del genio? El éxito de la experiencia multimedia Van
Gogh Alive en diversas ciudades es un sí rotundo. El futuro de las exhibiciones artísticas está, también, en convertirse en un show para el visitante-espectador, de ahí que la tecnología haya logrado proyectar a Brueghel en los Museos Reales de Bellas Artes de Bruselas o que las muestras del colectivo teamLab se esperen como una gira de Lady Gaga. En paralelo al descenso de la venta de aviones privados, otros negocios están copando la aeronáutica chárter ofreciendo un servicio similar a menor coste. VistaJet ha revolucionado el sector y ha entrado con fuerza en España gracias a su tarifa de alquiler por horas con la que salvar algunas variables ‘trampa’ del negocio, como el coste del traslado del avión. En EE.UU., SurfAir se está consolidando como el Uber del aire con sus tarifas mensuales (desde 1.950$) y sus opciones de compartir trayecto con otros usuarios de la compañía. Dos factores han permitido que algunas ciudades apuesten por convertir alguno de sus barrios en reclamos. El primero es el auge de las escapadas, el formato que está desbancando a las largas vacaciones tanto por precio como por tematización. El segundo son los microclimas creativos y de convivencia generados en distritos como Sankt Pauli (Hamburgo), Brooklyn (Nueva York) o 798 (Pekín), en los que se demuestra que un monumento nunca será la sinécdoque de una metrópolis.