La ciudad que nunca duerme
NYC podrá no descansar, pero tú no harás otra cosa cuando te hospedes en el WestHouse Hotel.
¿POR QUÉ? Porque algo tiene Nueva York que siempre logra colarse en los planes. Y, esta vez, The Westhouse se postula como el favorito por estar a dos manzanas al sur de Central Park. O lo que es lo mismo, en el lugar preciso para dar el salto inmediato a los dos Upper, East y West Side. También a una calle de Broadway, que se encuentra a un agradable paseo de distancia del meollo de todo el asunto: Times Square. Y a la vuelta de la esquina, el Carnegie Hall.
¿CÓMO ES? Su esencia decorativa gira alrededor del arte déco, pero sin perder esa elegancia neoyorquina que siempre busca una mirada hacia la modernidad y la sobriedad con maderas ricas, mármoles texturizados, níquel y metales pulidos y audaces gráficos Chevron. Vestido, cómo no, de tonalidades oscuras, los colores favoritos de la ciudad que adora presumir de negro.
¿Y QUÉ COMEMOS? O mejor dicho, ¿qué bebemos? En The Den, un vestíbulo que se convierte en lounge clandestino con biblioteca, sirven el cóctel mimado de la casa, una receta bajo el nombre de Oldie but Goodie, una deliciosa variación del Old Fashioned elaborada con licor de cacao, azúcar y bitters 18.21. ¡Salud!
LA JOYA DE LA CORONA. La suite Prestige, equipada por Sleep Studio, cuenta con una sala de estar independiente, una terraza al aire libre y vistas panorámicas a Times Square.
#INRESIDENCE. Su casa es tu casa y, por una tarifa de $47, te convertirás en residente del hotel, con privilegios que van desde el acceso 24 horas al gimnasio hasta un desayuno servido en The Terrace, una sala de estar con terraza exterior en el piso número 23 (westhousehotelnewyork.com).