EL DESAYUNO
El declive del frenético barrio se ha visto interrumpido con la apertura de un nuevo hotel EDITION.
Tostada francesa de natillas en Times Square.
Zámpate un par de capítulos de The Deuce (aunque James Franco merece dedicarle un poco más de tiempo al asunto) y verás Times Square con otros ojos. Meollo de maleantes y
peep shows, tuvo su momento de auge con clubs como el Copacabana o el Latin Quarter de la mano de Frank Sinatra, e hizo un regreso triunfal con apuestas como el musical El Rey León en The New Amsterdam Theater. El nuevo milenio lo convirtió en plató de televisón de cadenas como MTV, atrayendo masas de adolescentes a sus puertas para vivir sus 15 minutos de fama a la vez que se emitía Total Request Live. Pero lo que una vez fue dejó de serlo otra vez, despojando de encanto a la zona entre
selfies a la luz del néon y consumismo puro. Razón de peso para darle nueva vida, como la que se plantea, y da, el nuevo The Times Square EDITION, un mausoleo minimalista y de sofisticación moderna que sirve como área de descompresión, deshaciéndose de la intensidad de su ubicación. O por lo menos esa es la sensación que se percibe en cada una de sus estancias, y en especial en The Terrace, su restaurante con terraza cubierta, donde el ruido ni asoma y se crea una perfecta simbiosis visual entre el ajetreo que se divisa abajo, en el asfalto, y la calma que reina por todo lo alto, entre árboles, plantas y fotografías de Cornell Capa o Helen Levitt. Pero lo mejor está por llegar, porque el desayuno está servido: una contundentemente grande tostada francesa de natillas de sirope de arce con mermelada de arándanos (para rebañar en crème fraîche) y un sándwich de huevo con salchicha de pavo, queso gruyere y alioli de pimientos de Calabria. El café, negro y sin azúcar. No vaya a ser (editionhotels.com).