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CHAPUZONES EN POZAS HELADAS, TARDES DE MERIENDA EN EL PORCHE BAJO LA HIGUERA, LECTURAS A LA SOMBRA DE UN ÁRBOL, ATARDECERES QUE QUITAN EL HIPO. ITZIAR AGUILERA COMPARTE CON NOSOTROS UN TROCITO DE SU PARAÍSO RURAL EN LA VERA CACEREÑA.
La Comarca de La Vera, por Itziar Aguilera.
Es una elección de paz”, subraya Itziar Aguilera sobre su ‘escondite secreto’ en La Vera. “Para mí este sitio es mi familia, especialmente mis abuelos, pues desde que ‘se fueron’ no hemos vuelto juntos...”, nos explica la artista y modelo sobre uno de sus lugares preferidos para desconectar. “Vengo con mis amigos cada verano, y con Nacho –su marido– también me escapo alguna vez junto a los perros para disfrutar de la naturaleza pura. Creo que venir es una elección de desconexión y, a la vez, de conectar. Los atardeceres y amaneceres te dejan mudo. Además, la cobertura no llega muy bien, así que te dejas llevar un poco y pierdes la noción del tiempo, juegas a que no existe reloj”. Itziar empezó a visitar esta comarca de La Vera, situada al sur de la Sierra de Gredos, al noreste de Cáceres, cuando tenía unos doce años. “Veníamos toda la familia para celebrar varios cumpleaños. A mis primos y a mí nos encantaba el viaje, jugábamos en el campo a piratas y aventuras, y siempre me maravillaron las pozas, los árboles, los estanques y toda la naturaleza. Claro que lo que más nos gustaba era que estábamos todos juntos, compartir los desayunos, comidas y cenas”, recuerda. “Años más tarde, en la universidad, mi amiga Lucía me dijo que tenía una casa allí y también empezamos a organizar escapadas cuando podíamos. La primera fue antes de empezar segundo de carrera, como una despedida del verano. En octubre daban comienzo las clases y justo el fin de semana anterior nos fuimos con el grupo de amigos. Desde ese año, lo convertimos en tradición. Siempre nos organizábamos para ir antes de empezar el curso, nos bañábamos en las pozas, comíamos quesos de La Vera y bebíamos vino tinto, dábamos paseos hasta el río, donde también nos refrescábamos, recogíamos verdura del huerto...”. No es que aburrirse fuera una opción, pero en los alrededores están además el monasterio de Yuste y el castillo de Mombeltrán, las pozas y piscinas naturales de Santa María y Chilla, la calzada romana y el castro celta del Raso.
Aunque en @casa_la_vera, esta finca en Collado, junto al río Tiétar y los pinares, un simple paseo es en sí mismo un planazo. “En verano tienen unas uvas con sabor a fresa, y el porche está lleno de higueras”, evoca Itziar. ¿Su mejor recuerdo allí? “Tengo muchos y todos son buenos. Paseos con mi familia antes de que oscurezca por completo, leer un libro que me habían mandado en el colegio debajo de un árbol, dormir la siesta en el porche, bañarme en las pozas y después secarme bajo el sol calentito”. De pasar tiempo en el campo, lo que más le gusta es “quizá que todos los problemas pueden desaparecer un rato, que todo me inspira, que siento paz de verdad. Consigo pararme a observar y descubro pájaros que jamás había visto, mariposas de color verde pistacho, el agua del río no me parece que esté tan fría... es como si consiguiera disfrutar de los sentidos, del presente y de estar viva. Como la celebración más sencilla”. Esa alegría campestre la tiene muy interiorizada Aguilera, solo hay que echar un vistazo a su súper inspiradora cuenta de Instagram, que tiene más de 245.000 seguidores. “Me considero viajera, me gusta irme lejos una vez al año, conocer otras culturas, comer otras comidas, descubrir... Me gusta irme, pero también volver. Adoro echar de menos nuestra gastronomía y nuestros paisajes”.