Aviso a exploradores: súbete a bordo del yate boutique Kontiki de la primera expedición oceánica de Expeditions, una nueva forma de viajar más consciente. El destino: la desconocida costa de Ecuador.
Diario de a bordo: después de un intenso día de aventuras por tiera y mar, ahora estoy en el jacuzzi de nuestro yate. Me siento como en las vacaciones de Thor Heyerdahl. Este viaje es justo la desconexión que necesitaba. Seguimos avanzando por costa ecuatoriana del Pacífico, explorando sitios históricos que, sorprendentemente, poca gente visita, fondeando en playas vírgenes de esas que te pensabas que ya no existen, y adentrándonos en reservas naturales de incalculable valor ecológico y en pequeñas comunidades rurales que viven en armonía con el ecosistema, inalterables al paso del tiempo. Estar donde estamos y viajar como viajamos es un privilegio, con la libertad que nos da navegar a bordo de un yate como este: solo 18 pasajeros y los más altos estándares de sostenibilidad ¡y de lujo! El contacto con la naturaleza es constante, igual que los baños en alta mar; no perdonamos ni un amanecer ni un atardecer en el agua. Las experiencias únicas se nos acumulan. Hemos hecho catas de cacao en plantaciones que conservan los árboles de cacao más antiguos del mundo, buceado en arrecifes de coral, caminado por la selva siguiendo el rugido de los monos aulladores, y en la comunidad de artesanos de Pile conocimos a Don Simón, el único maestro tejedor que mantiene viva la tradición de los Montecristi Superfinos, el sombrero de Panamá más preciado del mundo –¡cuestan 20.000$!–. Ah, y el otro día avistamos un grupo de ballenas jorobadas... Creo que no hay mejor manera que esta para resetear y mirar la vida con otros ojos.