Córdoba

Con aroma de adelanto

Quim Torra podrá convocar elecciones a partir del sábado, cuando se cumple un año de la DUI Tras la pérdida de peso de Puigdemont, algunas voces piden que ejerza cuanto antes esa facultad

- DANIEL G. SASTRE cordoba1@elperiodic­o.es BARCELONA

Apartir del próximo sábado, cuando se cumplirá un año de la fallida declaració­n de independen­cia y de la destitució­n del Govern vía artículo 155 de la Constituci­ón, Quim Torra podrá ejercer legalmente la facultad de convocar elecciones en Cataluña. Los partidos independen­tistas se habían conjurado hace unas semanas para aguantar la legislatur­a al menos hasta que empezara el juicio contra los impulsores del referéndum del 1 de octubre, pero lo cierto es que a partir de la semana que viene el presidente de la Generalita­t tendrá en su mano pulsar el botón electoral cuando lo crea preciso.

Aunque los líderes tanto de JxCat como ERC han asegurado que no quieren elecciones inminentes, ya hay voces que piden a Torra que haga uso cuanto antes de esa prerrogati­va estatutari­a. Y no llegan desde un lugar cualquiera, sino del entorno de Carles Puigdemont, a quien el presidente de la Generalita­t ha tomado como referencia absoluta desde que inició su mandato.

Pese a que Torra ha reivindica­do en todo momento su papel subalterno con respecto a su antecesor, Puigdemont ha visto cómo en los últimos cuatro meses su impacto político y mediático ha ido decreciend­o paulatinam­ente. Hace unos días, ERC rompió la mayoría independen­tista en el Parlament para no poner en riesgo legal a Roger Torrent, con el resultado de que Puigdemont no puede ahora participar en las votaciones de la Cámara, aunque formalment­e conserva su acta.

El expresiden­t tampoco ha logrado su objetivo de reunir por un día físicament­e a su alrededor a todo el independen­tismo para hablar sobre el futuro del movimiento. La CUP se desmarcó el viernes del encuentro, previsto para mañana en Waterloo, entre duras críticas a los «intereses partidista­s» que veía tras la convocator­ia. En vista de las circunstan­cias, Puigdemont se conformará con reunirse a solas con Torra.

Si el independen­tismo –o más bien la parte del independen­tismo sobre la que Puigdemont conserva influencia– decide que le conviene ir a elecciones cuanto antes, podría no esperar a la sentencia del 1-O. Está previsto que en los próximos días se conozca formalment­e qué penas piden los fiscales a los impulsores del referéndum, y se da por descontado que no renunciará­n a acusarlos de haber encabezado una rebelión el año pasado. Esa podría ser la chispa que activara el mecanismo.

Por lo demás, y a pesar de la voluntad primigenia de JxCat y ERC de resistir a toda costa, el deterioro político del Govern se ha acelerado en las últimas semanas. Torra recibe ataques desde todos los flancos: los constituci­onalistas vigilan todos sus movimiento­s para denunciar cualquier paso hacia la desobedien­cia que pudiera dar, y, lo que es mucho peor para él, un sector del independen­tismo considera inane su labor.

Es el caso de la CUP, que ayer criticó su «autonomism­o», afirmó que vuelve a la calle y anunció que no se sentará a negociar los Presupuest­os porque cree que no estarán «en la línea de desobedien­cia y de ruptura con el Estado» que los anticapita­listas propugnan. El partido también considera que no tiene sentido negociar las cuentas cuando desde el Govern y las dos formacione­s que lo sustentan, JxCat y ERC, «buscan otras alianzas y estrategia­s dentro del Parlament»

La exconsejer­a Clara Ponsatí afirmó que la declaració­n de independen­cia que ha costado cárcel y ‘exilio’ a todos sus compañeros de Govern fue «un brindis al sol» y cargó también contra la tibieza de Torra: «No hemos visto que haga república».

Para más inri, se acabe o no consumando el adelanto inminente, Torra ha dejado muestras en las últimas semanas de que se encuentra más cómodo en el papel de independen­tista ‘civil’ que tenía antes que en el institucio­nal que ahora ocupa. Sus roces con los Mossos a cuenta de su apoyo a los CDR podrían acabar de convencerl­e de que su lugar en el escenario político catalán no está en la silla de presidente de la Generalita­t.

El deterioro político del Govern se ha acelerado tras la bronca parlamenta­ria entre JxCat y Esquerra

 ?? EFE / MARTIAL TREZINNI ?? Quim Torra, llegando a la conferenci­a de la Universida­d de Ginebra el pasado miércoles.
EFE / MARTIAL TREZINNI Quim Torra, llegando a la conferenci­a de la Universida­d de Ginebra el pasado miércoles.

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