Trump, en su mensaje de despedida: «Volveremos de una u otra forma»
El republicano se va sin mirar a la cara a su sucesor ni pronunciar su nombre en público Antes de dejar la Casa Blanca, concede 143 indultos, entre ellos a Steve Bannon
Fin de una era en Estados Unidos, la más convulsa de las últimas décadas, cuatro años de una presidencia que ha pulverizado todos los estándares del decoro para construir una realidad paralela sustentada sobre la desinformación que ha acabado desmoronándose de forma irremediable. Donald Trump abandonó ayer la Casa Blanca con destino a Florida a bordo del helicóptero Marine One, solo unas horas antes de que Joe Biden tomara posesión de la presidencia. Lo hizo sin recibir a su sucesor en la mansión presidencial, como suele ser la norma, ni reconocer su derrota en las elecciones. «Le deseo todos los éxitos a la próxima Administración», dijo poco después en la base de Andrews, antes de despedirse con un enigmático «volveremos de una manera u otra».
Trump se va sin mirar a la cara a su sucesor ni pronunciar públicamente su nombre o siquiera asistir a su investidura para honrar la transferencia pacífica del poder, algo que no sucedía desde 1869. Sí que cumplió, no obstante, la tradición de dejar una carta al próximo inquilino de la Casa Blanca.
Deja atrás tantas ⁄ heridas abiertas que ni siquiera acudió a despedirle en la Casa Blanca su vicepresidente, Mike Pence, el hombre que dio carpetazo a sus mentiras sobre el fraude electoral al certificar su derrota en el Congreso hace dos semanas, solo unas horas después de que cientos de seguidores de Trump asaltaran el Congreso con la intención subvertir el resultado de los comicios. «Sois un pueblo increíble y este es un gran país, ha sido el gran honor de mi vida haber sido vuestro presidente», les dijo en la base de Andrews mientras descendía del helicóptero junto a su esposa, Melania Trump.
El republicano aprovechó sus últimas palabras como presidente para ensalzar los logros de su mandato y acordarse de las víctimas de una pandemia que acabó hundiendo su presidencia. Sonaba
el My way de Sinatra a modo de despedida, el epílogo de una presidencia construida sobre un narcisismo patológico que ha dejado al país completamente fracturado.
Las últimas horas antes de su partida de Washington, de la Casa Blanca y de la presidencia fueron también puro Trump, el recordatorio de que ha hecho las cosas «a su manera». Sus últimos actos aprovechando el poder ejecutivo fueron una batería de perdones y conmutaciones de penas, 143 para ser exactos, y la rescisión de una orden ejecutiva de enero del 2017 por la que había limitado la capacidad de cargos de la Administración para hacer lobi o trabajar para países extranjeros cuando dejan sus puestos. Esa era una de las pocas medidas que había adoptado para «drenar el pantano», su promesa, incumplida y ahora abandonada totalmente, de luchar para cambiar la cultura de Washington y erradicar la corrupción.
Aunque Trump ha eludido otorgarse un perdón preventivo para sí mismo o sus hijos adultos, una posibilidad de la que le disuadieron asesores legales con el argumento de que podría interpretarse como una admisión de cul
El presidente saliente cumple la tradición de dejar una carta a Biden
Ni siquiera su vicepresidente Mike Pence acudió al acto de despedida
La posibilidad de constituir un nuevo partido político
Según ha revelado ‘The Wall Street Journal’, en los últimos días en la presidencia Trump estuvo hablando con ayudantes y aliados sobre la posibilidad de formar un nuevo partido. El neoyorquino, al que votaron 74 millones de personas en las elecciones, se ha planteado llamarlo el «Partido Patriota». Lanzar una formación requeriría una esfuerzo económico y organizativo hercúleo y toparía con un rechazo del Partido Republicano no menos monumental. Su potencial podría amenazar a los conservadores. pa, sí ha firmado indultos significativos. El más importante es el de Steve Bannon, que fue estratega jefe en su campaña y asesor en el inicio de su mandato, y fue vital tanto para la victoria electoral de Trump como para asentar el peligroso reinado de la desinformación, extendiendo sus tentáculos más allá de EEUU. También es destacable el de Elliot Broidy, uno de sus principales recaudadores de fondos en la campaña del 2016.
Bannon estaba imputado por desviar fondos que ayudó a recaudar con el supuesto objetivo de apoyar la construcción del muro en la frontera con México, pero aún no había sido juzgado. Su relación con Trump ha sido complicada y hasta el último momento el mandatario se planteó si indultarlo o no. Broidy, por su parte, se declaró culpable el año pasado de violar las leyes de lobi.
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