Biden planta cara a la desigualdad racial y climática
El péndulo vuelve a oscilar en Estados Unidos. Después de cuatro años de negacionismo climático y sistemático desmantelamiento de las regulaciones levantadas para proteger el medio ambiente, la salud del planeta ha vuelto a colarse entre las principales preocupaciones de la Casa Blanca. Joe Biden anunció anoche una batería de órdenes ejecutivas para convertir el cambio climático en una de las prioridades de la seguridad nacional e imponer una moratoria a la concesión de nuevas licencias para la explotación de gas y petróleo en tierras federales.
Las medidas del nuevo presidente, que se ha comprometido a poner los cimientos para descarbonizar la producción de electricidad antes del 2030, fueron acompañadas por varios decretos para combatir las desigualdades raciales y el «racismo sistémico». Durante su campaña presidencial Biden puso sobre la mesa el plan más ambicioso hasta la fecha para transitar hacia una economía verde, un plan que contempla
Frena las licencias a petroleras para explotar hidrocarburos
una inversión de 2.000 millones de dólares para transformar el tejido energético y crear millones de puestos de trabajo.
«Cuando pienso en el cambio climático, la palabra que me viene a la mente es empleo», dijo. Ese plan no se presentará hasta dentro de unas semanas, pero entre tanto, el demócrata está aprovechando para revertir muchas de las políticas de Donald Trump a golpe de decreto. Ayer impuso una moratoria de 60 días a la concesión de nuevas licencias a las petroleras, una medida que no ha tardado en levantar las protestas del sector.
Las medidas frente al cambio climático han ido acompañadas por otra serie de decretos para enfrentar las siempre aplazadas desigualdades raciales que permean sobre la justicia, la vivienda o el empleo. De las nuevas medidas, la más llamativa ordena al Departamento de Justicia que no renueve sus contratos con las prisiones privadas, una industria que se gasta cada año millones de dólares en lobis para tratar de endurecer las penas y beneficiarse de las políticas de excarcelación masiva.
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