Le Pen mejora con el virus
De la líder de la ultraderecha frente a la gestión gubernamental del covid le favorece le dan ventaja frente a Macron
El tiempo apremia. En 15 meses, los franceses se darán cita en las urnas para escoger a un nuevo inquilino en el Elíseo o revalidar al actual residente. La pugna enfrentará, según vaticinan múltiples sondeos, a Emmanuel Macron contra la líder de extrema derecha, Marine Le Pen. Se repetirá así el escenario del 2017, con una diferencia notable: la presidenta del Reagrupamiento Nacional tendría ventaja. Le Pen obtendría del 26% al 27% de los votos en la primera vuelta, frente al 23%-24% del líder de La República en Marcha, según una encuesta del diario L’opinion.
«El coronavirus lo está aplastando todo. Caería una bomba atómica y no tendríamos ni cinco minutos para hablar de ello», bromea con cierta amargura Le Pen tras cámaras y micrófonos, guarecida en un discreto segundo plano que parece jugar a su favor.
La prudencia de su actual estrategia emerge como el resultado de un ejercicio de ensayo y error. La pasada primavera, cuando la primera ola de coronavirus golpeaba al Hexágono, Le Pen optó por arremeter contra Macron y su Gobierno acusándole de mentir «en todo», de «ocultar el nivel de debilidad y falta de preparación del Estado», de decretar «tarde todas las decisiones». Las teorías del complot llegaron incluso a colarse en su discurso, preguntándose si el covid-19 no se habría «¡escapado de un laboratorio!».
Esta táctica de acoso y derribo se tradujo en una gran pérdida de popularidad. El pasado abril, según el barómetro del Instituto Elabe, la dirigente perdía tres puntos entre la opinión pública: solo el 23% de los franceses tendría una imagen positiva de Le Pen.
Le Pen aprendió del escarmiento, apostando por la prudencia ante la crisis sanitaria. Las secuelas económicas y sociales de la pandemia podrían, sin embargo, situarse en el centro de su discurso electoral. Su consejero Philippe Olivier, auguró la pasada primavera una «crisis comparable a la Primera Guerra Mundial […] Europa saldrá arruinada». Un escenario que podría beneficiar a su discurso proteccionista y nacionalista, ganando nuevos adeptos en un país zarandeada por los efectos colaterales de la epidemia, que sumen n el hastío a los franceses tras meses de restricciones decretadas por el Gobierno.
Macron tiene 15 meses para recuperar la confianza perdida y Le Pen para desacreditar a su rival sin espantar al electorado.
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