La Unión Europea confía en que Biden pacte una fiscalidad global
El director general de la organización de países desarrollados OCDE, Ángel Gurría, saludó ayer la actitud de la nueva administración de Estados Unidos, con Joe Biden, de participar en los trabajos para lograr un acuerdo internacional sobre la fiscalidad de las multinacionales «a mediados del 2021», según la meta revisada en octubre pasado.
El llamado Marco Inclusivo sobre BEPS (Erosión de la base imponible y traslado de beneficios, por sus siglas en inglés) de la OCDE celebra ayer y hoy su 11ª reunión plenaria en París, con la participación virtual de su 138 estados miembros y el objetivo de impulsar los trabajos de la nueva fiscalidad de las multinacionales en el primer semestre de este año.
Los trabajos incluyen la asignación de un porcentaje de beneficio de las multinacionales a cada uno de los países donde operan para compensar de esa manera los efectos de la deslocalización (pilar 1) y la introducción de un impuesto mínimo sobre ellas (pilar 2). «El objetivo es que paguen su parte, lo que les corresponde, ni más ni menos», señaló Ángel Gurría para resumir el propósito de unos trabajos que han ocupado a la OCDE desde el año 2010 por un encargo hecho por el G-20.
Según las estimaciones que maneja esta organización, «unos 240.000 millones dólares se pierden cada año en impuestos por culpa de estas prácticas de erosión de bases imponibles y traslado de beneficios», según señaló ayer Gurría.