Y 12.000 muertos
Los sondeos indican también que entre las preferencias de vacunas, los encuestados se inclinan por los productos Pfizerbiontech y Moderna y como últimas opciones, los rusos y chinos. Según los datos publicados ayer, Hungría ha inoculado ya a 175.283 personas, todas con vacunas de Pfizer-biontech o Moderna, las dos inicialmente aprobadas por la Unión Europea. De estos vacunados, 37.727 han recibido ya la segunda dosis y en breve, por tanto, lograrán la inmunidad.
China tiene dos vacunas, la Sinopharm y la Sinovac, que ha estado comercializando con fuerza, vendiendo millones de dosis que han sido enviadas particularmente a Asia y América Latina.
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La Unión Europea (UE) está en una guerra de vacunas con Astrazeneca (anglosueca) y Pfizer (Estados Unidos), que pondrá a prueba su poder efectivo ante las grandes corporaciones y puede crear conflictos con el Reino Unido y Canadá. El recorte en el suministro de dosis contratadas por la UE aleja la salida de la crisis del coronavirus, prologando las restricciones y con costes socioeconómicos insostenibles.
La mentalidad austera de la Comisión Europea (CE) y de los Veintisiete contribuye a la penuria de dosis: el fondo de adquisición tenía una techo de gasto de 3.800 millones de euros, frente a los 14.800 millones que EEUU destinó a adquirir vacunas para una población de 328 millones, inferior a los 447 millones de la UE.
La crisis evidencia la escasa inversión en investigación en la mayoría de países de la UE, que ha impedido el desarrollo de más vacunas europeas. También pasa factura el desinterés de las autoridades por la deslocalización industrial, que ha dejado a los Veintisiete con una limitada capacidad de producción. Hace 30 años el 80% de sus principios activos se producía en la UE, ahora el 80% se producen fuera.
El control de la exportación de vacunas, para vetar la salida de dosis producidas en la UE de Biontech-pfizer y Oxford-astrazeneca mientras no se cumplan los suministros contratados, puede crear tensiones con el Reino Unido y Canadá. Londres, que prohíbe la exportación de 174 medicamentos, obtiene sus vacunas Pfizer de la factoría belga y la CE sospecha que parte de los 2 millones de dosis semanales británicas de Astrazeneca llegan de factorías europeas. Canadá también obtiene sus dosis de Pfizer de factorías de la UE, ante el veto de EEUU a exportar vacunas.
El contrato de la UE con Astrazeneca de 400 millones de dosis indicaba como centros de producción para garantizar el suministro dos factorías de la UE, dos británicas y una en EEUU, en caso de problemas. El contrato incluía 336 millones de euros para preparar las capacidades de producción, abonados en parte.
La Comisión Europea critica que Astrazeneca, en lugar de comenzar a almacenar los 100 millones de dosis que tenía que entregar en el primer trimestre a la UE, utilizara sus factorías europeas para suministrar al Reino Unido ante los problemas en las factorías británicas. Ahora Astrazeneca ha indicado a la UE que solo podrá suministrar el 25% de las dosis prometidas en el primer trimestre. Pfizer también ha recortado la entrega de las partidas previstas desde la pasada semana. El Gobierno alemán reconoce que habrá penuria de vacunas durante al menos diez semanas, mientras la expansión de variantes más contagiosas hace aún más urgente una vacunación rápida.
Dos informes del Consejo de Análisis Económico, asesor del Gobierno francés, alertan del declive de la innovación farmacéutica gala, por los recortes en la inversión y las malas condiciones laborales de los investigadores, un panorama extrapolable a la mayoría de la UE. Esta penuria podría explicar el fracaso de la vacuna del Instituto Pasteur y el pinchazo de la de Sanofi, un grupo que recorta casi a la mitad el personal de investigación desde 2008.
Alemania y Suecia son los países de la UE que mayor porcentaje del producto interior bruto (PIB) dedican a investigación y desarrollo: el 3,17% y el 3,39%, frente al 1,25% de España, al 1,45% de Italia y al 2,19% de Francia. Quizá por ello fue una firma alemana, Biontech, la que desarrolló junto a Pfizer la primera vacuna exitosa contra el covid-19 autorizada por la UE. La otra vacuna de la UE en fase avanzada también ha sido creada por una firma alemana: Curevac.
Los gobiernos podrían promover acuerdos con otras farmacéuticas para aumentar la producción ante la situación sanitaria, a la que se suman los estragos socioeconómicos en la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de empeorar las previsiones de este año para la eurozona.
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El conflicto aflora la limitada inversión en investigación de los Veintisiete