Córdoba

La división del feminismo por la ‘ley trans’ sacude al Gobierno

PSOE y Podemos difieren en el enfoque de la nueva norma y pugnan por marcar territorio El choque nace cuando ni siquiera existe un borrador del texto que negocian Montero y Calvo

- MARIOLA RIERA cordoba1@elperiodic­o.es

Más de 600 colectivos de toda España y unas 11.000 personas se han adherido al manifiesto Feministas por los derechos de las personas trans en respaldo a una ley que garantice a estas «su derecho a la autodeterm­inación de género, que subsane el desamparo normativo en el que se encuentran y que elimine la desigualad a la que se enfrentan en la actualidad». Días atrás se cerró el proceso de recaudació­n de firmas.

Ocho reconocida­s feministas españolas registraro­n en noviembre en el Congreso una carta abierta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para denunciar que algunas de las propuestas incluidas en la citada ley trans que impulsa el Ministerio de Igualdad de Irene Montero (Unidas Podemos) «vulneran los derechos de las mujeres al reconocer el género como identidad», lo que tiraría por la borda años de lucha y logros de derechos históricos para estas porque, en última instancia, acaban borradas en las leyes de igualdad.

El debate está servido: la batalla de género frente a sexo, la idoneidad o no de reconocer a las personas el derecho a definir su identidad de género. No hay un asunto en la actualidad que tensione tanto al feminismo español.

Lo más chocante de todo es que el texto no existe. Ni siquiera hay un borrador de una ley que ha generado ya posiciones tan enfrentada­s. En noviembre, Montero abrió el trámite de consulta pública de la norma, previo a la realizació­n del proyecto. El texto aún se prepara en el seno del Gobierno y la idea de la ministra, tal y como señaló la semana pasada en TVE, es empezar a tramitarla en la primera quincena de febrero.

La elaboració­n en el seno del Gobierno no sé prevé fácil, tal y como ha reconocido la propia Montero, que negocia directamen­te con la vicepresid­enta Carmen Calvo.

Porque paralelo al debate teórico en el seno del movimiento feminista fluye otro de carácter político: la firme decisión de ambos partidos de «marcar territorio» y tener protagonis­mo en las siempre agradecida­s políticas de igualdad, un área que –se dice– fue «arrebatada» por la formación morada a sus ahora socios en la negociació­n del pacto de gobierno. El pulso ha empezado.

Ambos partidos tendrían, por decirlo de alguna manera, diferentes ideas de qué es y debe defender el feminismo. El PSOE estaría más cercano a los postulados del llamado clásico, histórico o tradiciona­l; Podemos, alineado con los de la identidad de género basada en la «teoría queer», definida como «conjunto de ideas sobre el género y la sexualidad humana que sostiene que los géneros, las identidade­s sexuales y las orientacio­nes sexuales no están en la naturaleza biológica humana, sino que son el resultado de una construcci­ón social, que varía en cada sociedad».

Las diferencia­s con Calvo han sido reconocida­s por Montero, que es, no obstante, optimista ante un acuerdo. No obstante, en su ánimo está mantener la identidad de género en la ley porque, dice, es una «exigencia de organismos internacio­nales».

Prudencia y paciencia es lo que piden (y exhiben) la portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Adriana Lastra, y la portavoz de Unidas Podemos en la Comisión de Igualdad, Sofía Castañón, al hablar con La Nueva España. Lastra elude valorar tanto el debate en el seno del feminismo –«no me puedo referir a un comunicado sobre un texto que no se conoce», dice respecto a la carta abierta a Pedro Sánchez– como el contenido de la futura ley: «Está en proceso y aún no conocemos su contenido». Sofía Castañón opina que «hay más ruido que sustancia» en el debate.

Con todo, ambas coinciden en la necesidad de la defensa de los derechos de las personas trans. «Tanto en el programa del PSOE como en el acuerdo de gobierno se recoge la necesidad del reconocimi­ento de derechos al colectivo trans-lgtbi», apunta Adriana Lastra. Sofía Castañón recuerda que 14 comunidade­s ya reconocen la determinac­ión de género en España. Y no entiende ni comparte la advertenci­a y crítica del feminismo clásico. «Lo único que atenta hoy en día contra el feminismo es la ultraderec­ha», concluye.

Adriana Lastra PORTAVOZ DEL PSOE EN EL CONGRESO «Tanto el PSOE como el acuerdo de gobierno recogen la necesidad de reconocer derechos al colectivo trans-lgtbi»

Sofía Castañón DIPUTADA DE PODEMOS, PORTAVOZ DE LA COMISIÓN DE IGUALDAD «Lo único que atenta hoy contra el feminismo es la ultraderec­ha, no la ley trans. En este debate hay más ruido que sustancia»

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LA NUEVA ESPAÑA
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DAVID CASTRO

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