Córdoba

Las puertas abiertas al centro logístico

Los vecinos de El Higuerón acogen con ilusión el anuncio del proyecto estratégic­o

- MANUEL Á. LARREA mlarrea@cordoba.elperiodic­o.com

En las calles de El Higuerón flota un aura de incertidum­bre. Las 85,2 hectáreas que el Ministerio de Defensa ha reservado para la futura base logística del Ejército de Tierra parecen un invitado extraño. Nadie imagina cómo será el día a día cuando, a lo largo de 2,4 kilómetros hacia la ciudad, una sólida estructura plagada de hombres y mujeres uniformado­s y los miles de trabajador­es que la acompañen pongan en marcha una nueva vida. Y mucho menos cómo entrará en los portales de unos vecinos que, un día después del anuncio de la adjudicaci­ón, se preguntan: «¿En qué nos repercute?»

Hay quien incluso no se lo cree. Porque no es fácil visualizar una base militar. Y menos levantarla sobre las vistas de toda la vida, en los terrenos vacíos de siempre, con su silencio eterno de barriada periférica. «Yo hasta que no lo vea no lo creo», decía una vecina sobre el mediodía a las puertas de un supermerca­do. De la base logística se habla con cierta admiración y desconocim­iento, como del extranjero que llega a un pueblo pequeño. Con las calles clausurada­s y los bares acallados, en plena tercera ola de coronaviru­s, las tiendas se convierten en el tablón de las noticias más locales. «Cuatro o cinco que han pasado… Están muy contentos, está la gente muy motivadill­a», cuenta Jesús García desde la caja de Supermerca­dos Valenzuela. «Es una cosa muy gorda», añade, «la verdad es que la gente aquí está muy ilusionadi­lla y parece que se toma en positivo la cosa, claro». Y continúa: «A ver si luego se refleja en la zona, porque, claro, esto va a ser una expansión muy importante».

En El Higuerón, ayer, parecía acabar las frases añadiendo una interrogac­ión. «Creo que sí, que nos va a beneficiar a todo el mundo, ¿no?», se pregunta David Aragonés, propietari­o de la cafetería Hermanas Gálvez. La noticia llega como una especie de bálsamo que se ansía para calmar las heridas de una crisis que aún cuesta apartar de la mirada. «Ahora mismo con esto que está pasando está que pega tiros la cosa», expresa David. «La gente está muy asustada, entonces siempre que sea para mejorar, pues me imagino que sí, que irá bien, claro», concluye. Porque, como reconoce, «todo es covid, covid, covid y me han

David Aragonés: «Siempre que sea para mejorar, pues me imagino que sí, que irá bien, claro»

dejado parado y ahora esto y ahora lo otro». A las puertas de la cafetería, los trabajador­es hablan de trabajo: «Claro que nos viene bien el centro logístico, el problema es que nos den el trabajo a los que estamos aquí». Y ya idean un plan: «¿Cuánta gente de El Higuerón hay parada? Tanto. ¡Pues venga vacomún mos a sacar a tantos del paro! ¿Es una buena idea no?».

Pero, como dice David, «2.000 puestos de trabajo son 2.000 puestos de trabajo». «Creo que eso puede ser bien para todo el mundo», termina diciendo. Córdoba acogerá el proyecto de Defensa y los cordobeses más cercanos lo reciben de brazos abiertos. El tiempo será quien responda a unos vecinos que vislumbran la nueva base logística del Ejército de Tierra como un fulgor aproximánd­ose, con la ilusión y la incertidum­bre de quien recibe a un nuevo vecino con el que espera establecer una relación fructífera.

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Imagen de los terrenos donde se establecer­á el proyecto militar.
A.J. GONZÁLEZ/MANUEL MURILLO La base Imagen de los terrenos donde se establecer­á el proyecto militar.
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David Aragonés, de la caferería Hermanas Gálvez.
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Jesús García, de Supermerca­dos Valenzuela.

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