Las puertas abiertas al centro logístico
Los vecinos de El Higuerón acogen con ilusión el anuncio del proyecto estratégico
En las calles de El Higuerón flota un aura de incertidumbre. Las 85,2 hectáreas que el Ministerio de Defensa ha reservado para la futura base logística del Ejército de Tierra parecen un invitado extraño. Nadie imagina cómo será el día a día cuando, a lo largo de 2,4 kilómetros hacia la ciudad, una sólida estructura plagada de hombres y mujeres uniformados y los miles de trabajadores que la acompañen pongan en marcha una nueva vida. Y mucho menos cómo entrará en los portales de unos vecinos que, un día después del anuncio de la adjudicación, se preguntan: «¿En qué nos repercute?»
Hay quien incluso no se lo cree. Porque no es fácil visualizar una base militar. Y menos levantarla sobre las vistas de toda la vida, en los terrenos vacíos de siempre, con su silencio eterno de barriada periférica. «Yo hasta que no lo vea no lo creo», decía una vecina sobre el mediodía a las puertas de un supermercado. De la base logística se habla con cierta admiración y desconocimiento, como del extranjero que llega a un pueblo pequeño. Con las calles clausuradas y los bares acallados, en plena tercera ola de coronavirus, las tiendas se convierten en el tablón de las noticias más locales. «Cuatro o cinco que han pasado… Están muy contentos, está la gente muy motivadilla», cuenta Jesús García desde la caja de Supermercados Valenzuela. «Es una cosa muy gorda», añade, «la verdad es que la gente aquí está muy ilusionadilla y parece que se toma en positivo la cosa, claro». Y continúa: «A ver si luego se refleja en la zona, porque, claro, esto va a ser una expansión muy importante».
En El Higuerón, ayer, parecía acabar las frases añadiendo una interrogación. «Creo que sí, que nos va a beneficiar a todo el mundo, ¿no?», se pregunta David Aragonés, propietario de la cafetería Hermanas Gálvez. La noticia llega como una especie de bálsamo que se ansía para calmar las heridas de una crisis que aún cuesta apartar de la mirada. «Ahora mismo con esto que está pasando está que pega tiros la cosa», expresa David. «La gente está muy asustada, entonces siempre que sea para mejorar, pues me imagino que sí, que irá bien, claro», concluye. Porque, como reconoce, «todo es covid, covid, covid y me han
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David Aragonés: «Siempre que sea para mejorar, pues me imagino que sí, que irá bien, claro»
dejado parado y ahora esto y ahora lo otro». A las puertas de la cafetería, los trabajadores hablan de trabajo: «Claro que nos viene bien el centro logístico, el problema es que nos den el trabajo a los que estamos aquí». Y ya idean un plan: «¿Cuánta gente de El Higuerón hay parada? Tanto. ¡Pues venga vacomún mos a sacar a tantos del paro! ¿Es una buena idea no?».
Pero, como dice David, «2.000 puestos de trabajo son 2.000 puestos de trabajo». «Creo que eso puede ser bien para todo el mundo», termina diciendo. Córdoba acogerá el proyecto de Defensa y los cordobeses más cercanos lo reciben de brazos abiertos. El tiempo será quien responda a unos vecinos que vislumbran la nueva base logística del Ejército de Tierra como un fulgor aproximándose, con la ilusión y la incertidumbre de quien recibe a un nuevo vecino con el que espera establecer una relación fructífera.
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