Una ventana al mar
Filmada entre Bilbao y Grecia, esta recomendable película de Miguel Ángel Jiménez (Ori, Chaika, La mina) es un canto a la vida y a la felicidad, aunque pueda parecer paradójico siendo su protagonista una enferma terminal de cáncer. La muy experimentada actriz Emma Suárez realiza un deslumbrante trabajo, acaparando la atención del espectador, ensombreciendo al resto del reparto que pulula alrededor. Lo mejor del filme es eso, la presencia de esta intérprete y el aspecto visual de la producción. Podríamos definirla como una obra contemplativa: cada plano y movimientos de cámara están muy estudiados, así como la magnífica fotografía de Gorka Gómez Andreu que compone cada cuadro luciéndose a la hora de estudiar las composiciones, con una estética exquisita donde prima su llamativa paleta cromática, con la estupenda ayuda de esa luz mediterránea en exteriores.
Una ventana al mar (se puede ver en Filmin) está rodada con un tempo reposado que invita a viajar con la protagonista e instalarnos en la isla griega de Nísiros, donde esta mujer consigue encontrar la paz y el equilibrio necesario entre sesión y sesión de quimioterapia, donde decidirá quedarse y apostar por la gran aventura de su vida. Incluso habrá tiempo para el amor, un amor urgente porque el tiempo es finito. El guión, escrito por Luis Moya, Luis Gamboa y el propio realizador, utiliza el argumento como excusa para llegar a recrearse en la belleza paisajística que enamora a la protagonista, arrebatándola del mundo exterior y su entorno familiar en esos momentos tan decisivos que vive.
Si hay algo que chirría, posiblemente, sea ver como abuela a Emma Suárez y un hijo con la edad del actor que lo encarna; incluso, a veces, podría haberse prescindido de las secuencias con su entorno familiar, pues su presencia no suma. Sin embargo, los contenidos pasajes inundados de silencios y metáforas sí que elevan el resultado final. En realidad, estamos ante un viaje, el viaje definitivo de una mujer que la llevará hasta donde ella decida, sin que nadie más influya en su valiente y libre deseo último.