La absolución de Trump ratifica su poder en el partido republicano
Su respaldo entre las bases es casi inquebrantable y los líderes estatales se han radicalizado con él El expresidente, que sigue sin desvelar su futuro, enfrenta aún investigaciones penales y civiles
Donald Trump y el trumpismo siguen siendo, por ahora, la fuerza dominante en el Partido Republicano. Se confirmó el sábado cuando el expresidente logró ser absuelto en su segundo impeachment en una votación 57-43 que quedó lejos de la mayoría de dos tercios del Senado necesarios para una condena. En los votos de los 43 republicanos que apoyaron su absolución, pero también en el de los siete que le declararon culpable de «incitación a la insurrección» por su papel en el asalto al Capitolio el 6 de enero. Aún es su partido. No todos quieren que lo sea. Y nunca un impeachment había tenido tantos miembros del partido del enjuiciado votando por su condena. Basta mirar algunos sondeos entre republicanos para entender el peso de Trump. En un sondeo de CNBC, el 74% quiere que siga activo en el partido y, de esos, el 48% es favorable a que lo haga como el líder. En otra encuesta de Vox y Data for Progress, solo el 12% creía que debía ser condenado en el impeachment.
Ese último sondeo también incluía un dato que explica la votación del sábado. El 69% de los republicanos preguntados avisaban de que era menos probable que votaran a un senador que declarara culpable a Trump. La presión de perder a las bases es real, como el miedo a que los más extremistas lleguen a emplear la violencia contra quien «dé la espalda» a Trump, la frase que escogió Foxnews para señalar a los siete republicanos unidos a los demócratas. Y se suma a la del resto de la maquinaria mediática ultraconservadora y la del entorno de Trump.
El comité ejecutivo de la formación en Luisiana, por ejemplo, aprobó unánimemente el mismo sábado una «censura» del voto de condena del senador Bill Cassidy. También el presidente de los republicanos en Carolina del Norte tildó de «decepcionante» el voto contra Trump del senador Richard Burr. Y los 10 republicanos que votaron en la Cámara baja a favor del impeachment ya han empezado a ser objeto de furia de las bases y del ala radical del partido, que promete retarlos con candidatos trumpistas en sus primarias.
El dilema republicano lo evidenció Mitch Mcconnell, el líder en el Senado, que votó por la absolución pero ofreció después un discurso demoledor contra Trump. FRENTES ABIERTOS Mcconnell también dijo que Trump «aún es responsable por todo lo que hizo en el cargo». Y ponía sobre la mesa un elemento clave: la posibilidad, pese a la absolución en el impeachment, de que pueda tener que rendir cuentas ante la justicia. Está siendo investigado en Georgia por presionar a las autoridades electorales; en Washington por el papel que pudo desempeñar en el asalto al Capitolio; antes de la insurrección ya tenía un caso abierto por sus finanzas en Nueva York y hasta podría aparecer en demandas por lo civil de víctimas del 6 de enero. Trump no ha dado detalles de qué hará. En su comunicado del sábado habló de compartir planes con sus seguidores «en los próximos meses» y pende sobre el partido la posibilidad de que se presente de nuevo en el 2024.
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