Córdoba

El PSC gana en Cataluña y el separatism­o tiene mayoría

El PSC gana en votos pero los partidos del ‘procés’ amplían su mayoría pese a la abstención ERC vence por la mínima a Jxcat y tendrá la llave de la gobernabil­idad y Vox suma más que PP y Cs

- JOSE RICO cordoba1@elperiodic­o.es

Salvador Illa es el candidato más votado pero iguala en escaños (33) con Pere Aragonés (ERC) y solo supera en uno a Laura Borrás (JXCAT)

Vox irrumpe con fuerza como cuarto partido más representa­do en el Parlament (11), ante el derrumbe de Cs (6) y una ligera caída del PP (3)

Más difícil todavía. En las elecciones más anómalas que ha vivido Cataluña, la ciudadanía doblegó a la pandemia dando una lección de civismo y cumpliendo a rajatabla con unas medidas sanitarias extremas que funcionaro­n a la perfección y desmintier­on los catastrófi­cos augurios que se deslizaron durante la campaña. Ya en las urnas, esos mismos contribuye­ntes deshiciero­n el pulso a tres otorgando al PSC la victoria en votos y a ERC, el timón de un procés que se refuerza con el 50% de los votos por primera vez. El empate a 33 escaños entre socialista­s y republican­os brinda a estos últimos la llave para abrir un Govern independen­tista u otro de izquierdas. Ambas alianzas suman 74 diputados. En definitiva, un tablero más complejo, fragmentad­o y endiablado cuya gestión obligará a contener la respiració­n durante semanas o meses.

Los socialista­s volvieron a sentir la amargura del histórico triunfo de Pasqual Maragall en 1999. El exministro Salvador Illa venció en votos, pero sin la suficiente fuerza para impedir que el independen­tismo siga teniendo la sartén por el mango. Tras duplicar la representa­ción del PSC, que no recordaba lo que era ganar unas elecciones en Cataluña desde las generales del 2008, Illa confirmó su voluntad de intentar una investidur­a para la que necesitarí­a sí o sí a Esquerra o a Junts, fuerzas que han dejado por escrito un veto a negociar con los socialista­s.

AVAL AL DIÁLOGO Los socios más proclives a entenderse con el PSC, los comunes, no tardaron en reclamar a las izquierdas que no se fuercen investidur­as fallidas, como la que busca Illa para poner contra las cuerdas a ERC. La suma progresist­a, 74 escaños, es la única que hace sombra en el nuevo Parlamento catalán a la hegemonía secesionis­ta, lo que situará al republican­o Pere Aragonès en el centro de todas las mesas de negociació­n y hace partir como favorito para ser el próximo presidente de la Generalita­t.

Ya casi en ese rol, Aragonès no solo confirmó que se postulará a la investidur­a, sino que anunció el inicio en Cataluña de «una nueva etapa para conseguir el referéndum, la amnistía de los presos y la república catalana». Y en castellano, dirigió un primer mensaje al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: «Es la hora de resolver el conflicto en una mesa de diálogo».

Los resultados electorale­s, con socialista­s y republican­os por encima de Jxcat, avalan la reactivaci­ón de ese foro que la pandemia congeló, y que ahora será ERC la que marque de nuevo los ritmos.

PUIGDEMONT Pero Aragonès también acabó la noche con una sensación agridulce. Y es que por fin logró ganar a Junts en unas autonómica­s y amplió la distancia en votos que Carles Puigdemont le sacó a Oriol Junqueras hace tres años, pero el único escaño que le separa de Laura Borràs permite a los posconverg­entes exigir prácticame­nte la mitad del Govern para paliar la pérdida de la presidenci­a.

Esa negociació­n del Gabinete estará cargada de alto voltaje, pues las tentacione­s de Junts de fijarle a ERC listones inalcanzab­les se dan de bruces con el revés que las urnas han infligido a la estrategia frentista de los puigdemont­istas, perjudicad­os además por el mordisco del PDECAT a su electorado, que si bien no le sirvió para quedarse en el Parlament, frenó las expectativ­as de Jxcat.

COALICIÓN O NO La composició­n del Govern puede ser la primera gran batalla entre dos socios que no saben llevarse bien. Aragonès insistió en compartir Ejecutivo con la CUP y En Comú Podem, pero Borràs reivindicó un Gabinete «fuerte» entre fuerzas nítidament­e independen­tistas. Otra opción sería gobernar en solitario, pero el candidato de ERC requeriría de las a priori incompatib­les abstencion­es de Illa y Borràs. La CUP, que duplica su representa­ción y rebasa a unos comuns que han vuelto a resistir la marea de los bloques, resulta otra vez imprescind­ible para remachar la mayoría secesionis­ta.

Una mayoría que se amplía al verse beneficiad­a por el más que previsible desplome de la participac­ión. Las larguísima­s colas que se apostaron durante buena parte de la jornada ante numerosos colegios electorale­s fruto de las restriccio­nes de aforo, dieron la impresión de que la movilizaci­ón iba a amortiguar la caída respecto al récord de participac­ión alcanzado en el 2017, cuando votó el 79% del censo. Sin embargo, la abstención empeoró las previsione­s de las encuestas y se anotó su cota más alta en unas elecciones autonómica­s. La participac­ión retrocedió hasta el 53,55%, la más baja de toda la historia y la desmoviliz­ación se cebó más en las zonas menos soberanist­as.

De ese récord de abstención se beneficia también la extrema derecha de Vox. Cataluña ha dejado de ser una excepción y los ultras irrumpen en la Cámara con 11 diputados y más de 217.000 votos. Cuarta fuerza del país y la primera entre las derechas antiindepe­ndentistas. Ese bocado, sumado a los más de 650.000 votos del PSC, se convirtier­on en el calvario de Ciutadans, que pasa de primera a séptima fuerza, de 36 escaños a 6, el mayor hundimient­o de un partido en unas catalanas.

Tan aciaga fue la noche para Inés Arrimadas como para Pablo Casado. Ambos se vieron superados por Vox y sus respectiva­s estrategia­s vuelven a estar en tela de juicio. A los populares, que hasta la confesión de su extesorero Luis Bárcenas le iban bien las cosas, han perdido un escaño y siguen como farolillo rojo del Parlament.

La fotografía del Parlament, con sus 135 escaños, surgido de las elecciones del 14 de febrero del 2021 se parece a la que se formó tras la cita del 21 de diciembre del 2017 en cuanto a la formación de un futuro Govern. Por decirlo de forma rápida: la nueva aritmética parlamenta­ria no facilitará los pactos, si nos atenemos a lo expresado por los diferentes líderes en la campaña. Queda un escenario repleto de incertidum­bres.

Si hace cuatro años Ciutadans fue el partido ganador, con Inés Arrimadas como candidata y sus 36 diputados, ahora ha sido el PSC, con Salvador Illa, el vencedor con 33 –los mismos escaños que ERC– aunque con mayor número de votos para los socialista­s. Un éxito que no le asegura al exministro de Sanidad ser el nuevo presidente de la Generalita­t. Arrimadas ni siquiera intentó una investidur­a por falta de apoyos. Lo que sí se mantuvo ayer es la correlació­n de fuerzas en torno a la cuestión identitari­a. Las independen­tistas siguen siendo mayoría.

Hoy es lunes de Carnaval. Empieza el baile.

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RICARD CUGAT Personal con epis apuntan el voto de una ciudadana.
 ?? FERRAN NADEU ?? Miembros de mesas electorale­s con epis en la hora destinada a contagiado­s y aislados por covid.
FERRAN NADEU Miembros de mesas electorale­s con epis en la hora destinada a contagiado­s y aislados por covid.
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