Un proyecto logra una fuerte reducción de emisiones de CO2
La planta piloto ha funcionado en la finca que Almaco del Guadalquivir tiene en Calonge Alimenta sistemas de filtrado y bombas dosificadoras y ahorra 6.000 litros de diésel
La margen izquierda del Genil ha dejado de emitir 9 toneladas de C02 al año gracias a un proyecto de energía microhidráulica instalado en una finca de Palma del Río, concretamente en la pedanía de Calonge donde la firma Almaco del Guadalquivir desarrolla un proyecto de secado y envasado de nueces.
El proyecto, presentado en mayo del 2019 como una experiencia piloto para mejorar la eficiencia del riego, avala, según Pedro Parias, secretario general de Feragua, que «hay otras formas de energías renovables, más allá de la fotovoltaica, conocida en esta zona, o la eólica». Parias señala que esta estrategia obedece a los compromisos de modernización de esta comunidad de regantes, insistiendo en la estrategia de que «tenemos una magnífica experiencia para demostrar que hay otro tipo de aprovechamiento de energía, la microhidráulica».
La experiencia desarrollada con esta planta ofrece como resultados concluyentes la producción de más de 1.000 kwh, con los que ha alimentado sistemas de filtrados, bombas dosificadoras de abono y equipos electrónicos de programación e iluminación; por otro lado, con la generación de esta energía limpia ha evitado el gasto de más de 6.000 litros de diésel, lo que ha supuesto además un ahorro económico de más de 4.000 euros.
Esta experiencia innovadora es una realidad a través del programa Redawn, un proyecto europeo liderado en España por Feragua, la Universidad de Córdoba y la Fundación Asturiana de la Energía. Los equipos instalados en Palma han acreditado, durante dos campañas agrícolas, la viabilidad de aplicar la energía microhidráulica a usos complementarios al bombeo de riego.
Parias explica que cuando surgió el proyecto, lo primero desde la Comunidad de Regantes del Canal de la Margen Izquierda del Genil fue encontrar una localización idónea. Señala que la clave es el exceso de presión hidráulica, posibilidad que existe en esta margen de comuneros gracias a las dos balsas que están situadas por encima de la cota de la zona regable, con un desnivel importante.
Añade que contaron con la colaboración de la firma Almaco del Guadalquivir, donde se localiza la planta piloto, que apuesta por una línea de sostenibilidad energética, consumiendo energía limpia, «una producción respetuosa con el medio ambiente».
Esta iniciativa, acogida al proyecto europeo Redawn, tiene como objetivo investigar el potencial de la aplicación de la energía minihidráulica en las redes de abastecimiento, industria y regadío de todo el área atlántica europea. Han participado quince socios de países como Irlanda del Norte, Reino Unida, Francia, Portugal, Italia y España. Los socios españoles son Feragua, Fundación Asturiana de la Energía, Nueces de Galonce y la Universidad de Córdoba como entidad asociada al Trinity College de Dublín, cuya implicación ha estado orientada a estudiar el potencial de aplicación de esta tecnología para el regadío, que busca soluciones para reducir el impacto económico y ambiental de la factura eléctrica. El proyecto ha demostrado que la energía «verde» generada por estos sistemas puede resultar viable para usos alternativos en los sistemas de riego, no para alimentar los grandes sistemas de bombeo, pero sí para alimentar filtrados, inyección de fertilizantes, refrigeración, bombeo o iluminación. ☰