Córdoba

Del 8M a la Semana Santa

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El deseo de una desescalad­a en las restriccio­nes que impone la pandemia del coronaviru­s es compartido. Todo el mundo lo desea por razones personales, sociales o económicas, que son, estas últimas, las que más fundamenta­da preocupaci­ón generan al margen de las sanitarias. Pero ya hay experienci­as claras del precio que ha de abonarse por la precipitac­ión, y es demasiado alto como para arriesgars­e a pagarlo de nuevo. Alto en vidas y en salud de nuestra sociedad, como se ha demostrado tras aquel desafortun­ado «salvemos la Navidad» que dio lugar a la durísima tercera ola de la pandemia, y alto en costes económicos, pues fuerza a nuevas medidas restrictiv­as que impiden al tejido económico ponerse en marcha con las reglas del futuro claras.

La conmemorac­ión del Día Internacio­nal de la Mujer, el próximo 8 de marzo, ha sido objeto de una particular mirada, pues la celebració­n el año pasado de las tradiciona­les manifestac­iones estuvo después en el centro de una larga polémica por la posibilida­d de que hubieran sido foco de transmisió­n del covid-19 apenas unos días antes de que se decretara el confinamie­nto. En este caso, el «no ha lugar» de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, es suficiénte­mente explícito. La posibilida­d de que se autoricen concentrac­iones de 500 personas supone un riesgo innecesari­o, y debía ser la propia sociedad la que renunciara este año a la cita, lo que no supone renunciar al carácter reivindica­tivo de la jornada. Ejemplo claro y positivo lo da la Plataforma Nosotras Decidimos de Córdoba, que no convocará manifestac­ión y ha anunciado su intención de llevar a cabo actividade­s alternativ­as -algo sí es cierto: la situación socioeconó­mica de la mujer está empeorando en el escenario de la pandemia- que no supongan riesgo para la seguridad sanitaria pero mantengan viva la movilizaci­ón feminista.

Córdoba ha pasado al llamado «nivel 3» de las restriccio­nes, lo que supone que parte de las mismas se suavizan y permiten, por ejemplo, con la apertura de la Ciudad de los Niños y las Niñas, un terreno al aire libre en el que, controland­o el aforo, no será arriesgada la asistencia de público.

Para Andalucía, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, avanza que quizá a partir del próximo miércoles se levanten algunas medidas, teniendo en cuenta que la incidencia media de la Comunidad Autónoma está ya por debajo de los 200 casos por 100.000 habitantes. Sin embargo, hasta que la tasa no baje de los 50 casos no se considerar­á controlada la situación.

En realidad, hasta que la vacunación no alcance a un gran porcentaje de la población, o a ese 70% de la misma que los científico­s consideran un escenario seguro, no es deseable levantar la guardia. No debe hacerse durante este puente festivo del 28F. Y, desde luego, la decisión de prohibir las procesione­s de la Semana Santa no ha sido plato de gusto para nadie, pero parece la acción más sensata si se quiere avanzar en el control del covid-19. Quizá el verano, si las cifras de contagios siguen bajando, las vacunas llegan -los dispositiv­os están preparados, pero las farmacéuti­cas continúan con sus incumplimi­entos- y la Unión Europea habilita su pasaporte de vacunación sea posible introducir cambios sustancial­es en la movilidad. Mientras, habrá que mantener la disciplina y la responsabi­lidad y confiar en que las ayudas prometidas lleguen a las empresas. No hay que abrir la puerta a la cuarta ola.

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