Los sondeos dan a Netanyahu la mayoría en los comicios de Israel
El Likud obtendría 33 escaños pero para gobernar necesitaría a la derecha ultraconservadora La oposición lograría 59 escaños, a dos de formar Ejecutivo, salvo que pacte con el ultranacionalismo
Cambiar para seguir igual. Los primeros sondeos a pie de urna en Israel auguraban ayer una victoria del Likud del primer ministro Binyamín Netanyahu. Con 31 escaños, su partido sería el más votado con diferencia, según las encuestas del Canal 11. Junto al apoyo de los partidos ultraortodoxos y nacionalistas, Netanyahu tendría 54 escaños pero necesita una mayoría de 61 para formar Gobierno. Si se gana al ultranacionalista Yamina, liderado por Naftali Bennett, el primer jefe de Gobierno imputado en el cargo alcanzaría el número adecuado para mantenerse en el poder. Parece que el bloque contrario a Bibi se quedaría en 59 escaños.
Pese a la pésima gestión de la pandemia por parte del Gobierno y su consecuente crisis económica, la sociedad israelí no ha castigado a Netanyahu. En las cuartas elecciones en dos años, los resultados de los sondeos de los Canales 12 y 13 dan 31 escaños al Likud, y los del Canal 11 le dan 33. De nuevo será Netanyahu, con tres lustros de experiencia como mandatario, el encargado de formar gabinete. Su principal rival, el partido Hay Futuro de Yair Lapid, obtendría 18 asientos en la Knesset, el Parlamento israelí, según los sondeos.
ULTRADERECHA // En su empeño por mantenerse en el poder, Netanyahu no ha escondido su intención de pactar con partidos de la ultraderecha que incluyen candidatos abiertamente racistas y homófobos. Sus fieles alianzas con los partidos religiosos y nacionalistas de línea dura podrían llevar a Israel a tener el Gobierno más derechista de su historia. Algunos de sus líderes han declarado sus deseos de limpieza étnica palestina de la Cisjordania que se anexionarían.
La tercera fuerza según los sondeos sería el ultraortodoxo Shas, con nueve asientos. Junto a los ocho escaños del Judaísmo Unido de la Torá y los siete de Sionismo Religioso, Netanyahu suma 54 apoyos asegurados a su Ejecutivo. De nuevo, otro Gobierno del Likud está en manos de su antiguo aliado Bennett que durante la campaña no se ha inclinado por ningún bloque en concreto. Pese al viraje a la derecha de Israel desde la década de los 90, ningún partido ha ganado nunca una mayoría parlamentaria por sí solo en unas elecciones.
Aunque los resultados finales no se conocerán probablemente hasta el viernes –deben contarse los votos de los israelís hospitalizados y en cuarentena–, la formación de Gobierno puede alargarse meses. El bloque contrario a Netanyahu se queda a dos escaños de la mayoría, aunque las enormes diferencias ideológicas entre las formaciones sólo se salvan con la oposición férrea al primer ministro. Si Yamina se inclina contra Bibi, podría haber un Gobierno sin Netanyahu por primera vez en 12 años. Los sondeos a pie de urna no siempre coinciden con el resultado final en una contienda donde el último voto cuenta.
UNA SOLA CANDIDATA // Partidos pequeños como Meretz o Sionismo Religioso dudaban de sí pasarían el umbral electoral del 3,25%. Con seis y siete escaños respectivamente, los izquierdistas y los kahanistas –terroristas para EEUU– se han unido a la coalición Azul y Blanco, con otros siete diputados.
La coalición de partidos árabes se sitúa cuarta fuerza pero con ocho escaños queda lejos de los históricos 15 diputados de las últimas elecciones.
Y la feminista Merav Michaeli, la única mujer candidata, parece haber sido capaz de devolver a la vida al Partido Laborista con los siete escaños que le conceden los sondeos. ☰