El juicio por la muerte de Floyd pone a prueba el racismo policial
En el banquillo se sienta Derek Chauvin, el exagente blanco que asfixió al afroamericano La acusación emite el vídeo del arresto y extiende a casi diez minutos el tiempo del acto violento
Los ojos de Estados Unidos y del mundo vuelven a estar centrados en Mineápolis. Ayer comenzó en la ciudad el juicio a Derek Chauvin, el policía blanco imputado por la muerte el 25 de mayo del año pasado de George Floyd, el hombre negro cuyo caso hizo prender la llama de la indignación por la injusticia racial y la brutalidad policial con las minorías en todo el país. Será un proceso penal en el que los 12 integrantes de un jurado popular deberán decidir si Chauvin es culpable de los cargos de asesinato en segundo y tercer grado y homicidio involuntario que enfrenta. El caso se interpreta como algo más, mucho más.
Uno de quienes mejor ha descrito su trascendencia ha sido el reverendo Al Sharpton, que ayer daba con familiares de Floyd y el abogado de la familia una rueda de prensa a las puertas del edificio gubernamental del condado de Hennepin donde se desarrolla el proceso penal. «Derek Chauvin se sienta en el tribunal, pero América se somete a juicio», dijo.
Sharpton no exagera. Aunque los 12 miembros y dos potenciales sustitutos elegidos para el jurado –uno que representa mayor diversidad que la de la propia ciudad de Mineápolis– deberán guiarse puramente por las directrices de un caso penal y las pruebas, tratando de dejar fuera emociones y sentimientos, el caso se derrama más allá de sus fronteras puramente legales. Todo lo que sucede en ese tribunal se sigue al milímetro. Y la expectación y esperanzas ante este juicio son comprensibles en una sociedad con heridas nunca cicatrizadas por la laxitud habitual con policías acusados de violencia excesiva contra los negros, y con el lacerante precedente de la exoneración de los agentes que dieron la brutal paliza a Rodney King en Los Ángeles en 1991.
La ⁄ sesión de ayer, la primera ya con el jurado sentado y bajo la presidencia del juez Peter Cahill, se inició con los argumentos orales de la fiscalía y de la defensa. Y era fácil entender y recordar la rabia y la indignación que hicieron estallar al país el año pasado cuando Jerry Blackwell, el abogado que se encargó de presentar el caso contra Chauvin, mostró el demoledor vídeo de la brutal detención de Floyd, que se produjo después de que se denunciara el uso de un billete falso de 20 dólares en una pequeña tienda para intentar comprar cigarrillos.
En las imágenes que grabó la adolescente Darnella Frazier estabanlos angustiados gritos del corpulento y alto hombre negro de 46 años que pasó 9 minutos y 29 segundos, y no los 8 minutos y 46 segundos que se pensaba hasta ahora, con la rodilla de Chauvin en su cuello; ahí se le escuchaba hasta 27 veces diciendo que no podía respirar, se le oía llorando mencionando desesperadamente a su madre, se le veía perder el sentido... En el vídeo se escuchaban también las voces de quienes como Frazier fueron testigos, increpando a Chauvin y los otros dos policías que tenían inmovilizado y esposado a Floyd y el cuarto agente que participaba en el arresto (los tres están imputados también y serán juzgados en agosto). «No puede respirar», «está sangrando por la nariz», «no se mueve», «¿lo han matado?»... «Pueden creer sus ojos. Eso es homicidio, eso es asesinato», dijo Blackwell.
La primera sesión, en cualquier caso, también dejó en evidencia que la defensa va a tratar de cuestionar que Chauvin, de 45 años, fuera responsable del fallecimiento de Floyd. El abogado del policía, Eric Nelson, se esforzó en retratar a Floyd como un consumidor de drogas y aseguró que murió por una combinación de problemas cardíacos previos, consumo de metanfetaminas y fentanilo y «adrenalina».
Ese «asesinato de carácter» de Floyd fue inmediatamente denunciado fuera de la sala donde se desarrolla el juicio. Una de las que lo ha criticado fue la congresista Cori Bush, que resucitó también parte del argumento de Al Sharpton. «Se juzga a Derek Chauvin, se juzga a América, se juzga a nuestro sistema penal legal –escribió en Twitter–. No se juzga a George Floyd».
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