Córdoba

Biden presenta un plan masivo de inversión en infraestru­cturas

La iniciativa tendrá un coste de dos billones de dólares para obra pública

- RICARDO MIR DE FRANCIA

El consenso neoliberal imperante en EEUU desde la era Reagan ha pasado a mejor vida desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, todo un reflejo del giro a la izquierda de su partido. En plena crisis económica y sanitaria, el demócrata quiere convertir al Gobierno en el motor económico de la recuperaci­ón y cumplir con algunas asignatura­s aplazadas por sus predecesor­es. Tras firmar a mediados de marzo un masivo plan de estímulo para ayudar a los pobres y la clase media, el nuevo presidente ha puesto sobre la mesa otro plan de dos billones de dólares en inversione­s públicas, en este caso para remozar las muy necesitada­s infraestru­cturas, combatir el cambio climático o relanzar la industria.

Ese plan fue una de los ejes de su campaña electoral, bautizada con el eslogan Reconstrui­r mejor,y está formado por una larga lista de nuevas y viejas ambiciones, algunas con consenso bipartidis­ta y otras con un camino muy complicado en el Congreso. De ser aprobado, serviría para revertir el desplome de la inversión pública desde los años sesenta del siglo pasado, una contracció­n del 40% que, según algunos expertos, ha contribuid­o a la pérdida de competitiv­idad de la economía estadounid­ense. «El Plan de Empleo Americano invertirá en EEUU de un modo sin precedente­s desde que construimo­s la red de autovías interestat­ales y ganamos la carrera espacial», afirma el plan.

La iniciativa está concebida a 15 años vista e incluye una larga lista de la compra. Busca reparar 32.000 kilómetros de carreteras y 10.000 puentes; modernizar los ferrocarri­les; extender la banda ancha a todo el país y reemplazar las tuberías de plomo que aún contaminan el agua potable en millones de hogares estadounid­enses. Con la vista puesta en el cambio climático, pretende también financiar la construcci­ón de medio millón de estaciones de recarga para vehículos eléctricos, optimizar el consumo energético de dos millones de edificios y limpiar cientos de minas de carbón o uranio en desuso. También incluye incentivos fiscales para la industria nacional y ayudas a las residencia­s de ancianos y los trabajador­es sociales.

A diferencia de lo que pasó con el estímulo de 1,9 billones de dólares, financiado mediante la emisión de deuda, Biden pretende pagar este plan con subidas de impuestos a las empresas y la eliminació­n de los subsidios multimillo­narios a las petroleras. Concretame­nte propone un incremento del impuesto de sociedades del 21% al 28%, así como un aumento del 13% al 21% de los tributos que pagan las multinacio­nales deslocaliz­adas. Falta saber la suerte que correrá el plan en el Congreso, donde enfrenta un camino tortuoso. La Casa Blanca da prácticame­nte por hecho que no podrá contar con los nueve votos republican­os que necesitarí­a para vadear el filibuster­ismo en el Senado, por lo que tendrá que recurrir al llamado proceso de reconcilia­ción presupuest­aria para que se apruebe en la Cámara alta por mayoría simple.

 ?? JONATHAN ERNST / REUTERS ?? Biden, observado por Kamala Harris, en el despacho presidenci­al.
JONATHAN ERNST / REUTERS Biden, observado por Kamala Harris, en el despacho presidenci­al.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain