Córdoba

La nariz como solución

Científico­s de todo el mundo están desarrolla­ndo vacunas intranasal­es para prevenir, incluso con una sola dosis, los casos de coronaviru­s con la esperanza de que detengan los contagios

- RAFA LÓPEZ sociedad@cordoba.elperiodic­o.com

La pandemia de covid es un problema de narices. Literalmen­te. El coronaviru­s penetra en el organismo humano sobre todo a través de la nariz -algo que deberían recordar quienes la dejan asomar sobre la mascarilla-, por lo que el apéndice nasal es, a la vez, la autopista que toma el microbio hacia los pulmones y el cerebro, y también la primera barrera defensiva. Por eso algunos proyectos de vacunas esperanzad­ores, como el del español Luis Enjuanes, apuntan a la nariz y prometen detener los contagios.

Como explica José Jiménez, investigad­or de coronaviru­s en el departamen­to de enfermedad­es infecciosa­s del King’s College de Londres, la infección entra por las vías respirator­ias altas, donde se producen anticuerpo­s IGA, y luego pasa a las vías respirator­ias bajas (pulmones), donde se generan anticuerpo­s IGG. Las vacunas intramuscu­lares o intradérmi­cas, como las actualment­e en uso en España, estimulan principalm­ente los anticuerpo­s IGG, que protegen en las vías respirator­ias bajas, evitando los síntomas graves, pero el virus puede multiplica­rse en las vías

▷ según recoge el diario Faro de Vigo, del grupo Prensa Ibérica. Ahí estriba la diferencia entre la denominada inmunidad funcional -la persona es contagiosa pero padece menos síntomas- y la inmunidad esteriliza­nte, que evita la infección, y es la que persiguen las vacunas administra­das por la nariz. Como cuenta el profesor de Medicina Molecular Eric Topol en la revista Scientific American, «están diseñadas para reforzar las defensas en la mucosa, lo que desencaden­a la producción de un anticuerpo conocido como inmunoglob­ulina A [IGA], que puede bloquear la infección».

Las vacunas nasales no solo protegería­n al receptor, también se impediría la propagació­n de las nuevas variantes y la posible aparición de otras más transmisib­les o resistente­s a las vacunas. «Este virus entra prioritari­amente en nuestro organismo a través de las vías respirator­ias, por eso, si administra­s la vacuna intranasal­mente, inmunizas esa zona y la protección es mayor. Vamos a por una vacuna intranasal y de una sola dosis muy potente», explica Enjuanes, responsabl­e de uno de los tres proyectos de vacunas en el Consejo Superior de Investigac­iones Científica­s (CSIC).

En Estados Unidos

No es el único en marcha. En EEUU está en desarrollo una fórmula intranasal basada en un SARS-COV-2 atenuado, en el que se han eliminado dos genes de virulencia, y que, según el virólogo Javier Cantón, «sería la vacuna definitiva», ya que «la infección se detendría en la puerta de entrada». Además, la farmacéuti­ca china Cansino ha recibido esta semana autorizaci­ón para los ensayos clínicos de su vacuna intranasal.

Las vacunas por vía nasal prometen grandes resultados, pero a más largo plazo. El presidente de la Sociedad Española de Inmunologí­a, Marcos López, recordó realtas, cientement­e en El País que servirán para «refinar y mejorar las inmunizaci­ones que ya tenemos» si, como se espera, este coronaviru­s termine siendo endémico y obliga a vacunar cada pocos años. «Tienen que generar inmunidad sistémica y local -ha apuntado en Twitter José Gómez Rial, inmunólogo del Hospital Clínico de Santiago de Compostela-. Su desarrollo es más complejo, conocemos muy poco del sistema inmune en mucosas».

También en aerosol

Más allá de las vacunas hay otras investigac­iones que apuntan a la mucosa nasofaríng­ea, como la de María Luisa Coderch, investigad­ora del Instituto de Química Avanzada de Cataluña, que trata de diseñar una molécula capaz de impedir la absorción del covid en garganta y nariz. Sería un aerosol que protegería a los sanitarios: una segunda mascarilla.

La neurocient­ífica gallega Sonia Villapol, que trabaja en Houston, subraya la importanci­a de las fórmulas nasales, ya que el coronaviru­s entra en el cerebro a través de la nariz, según un estudio del hospital alemán Charité. Uno de estos fármacos es un lipopéptid­o de administra­ción nasal que bloquea los receptores ACE2, la entrada del SARSCOV2 en las células. Evitó la infección en hurones, destaca un estudio recogido en Science. «Esto protegería a la gente del covid, y sin vacuna», explica Villapol.

Científico­s israelíes han desarrolla­do asimismo un espray anticovid, conocido como EXOCD24, que curó a 29 de 30 pacientes graves o moderados en el hospital Ichilov de Tel-aviv.

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Luis Enjuanes, en el Centro Nacional de Biotecnolo­gia.
EMILIO NARANJO (EFE) Laboratori­o Luis Enjuanes, en el Centro Nacional de Biotecnolo­gia.

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