Córdoba

La mañana más extraña

La charla de Pablo Alfaro al plantel blanquiver­de, aun sin saber su futuro, fue más que significat­iva y encabezó la carrera de los titulares por la Ciudad Deportiva

- IGNACIO LUQUE @Ignaciohlu­que

Podía ser su último día, pero no lo parecía para él. Pablo Alfaro hablaba con su segundo, con su preparador físico, con el doctor Bretones y hasta con Pepillo. Luego, se acercó a Alberto del Moral y a Javi Poveda. Bromeó con ambos y volvió a retirarse al centro del campo uno de la Ciudad Deportiva. Al momento, se acercó hasta la banda que linda con el primero de los campos de césped artificial, en donde entrenaba el filial. Se acercó Germán Crespo y ambos charlaron durante unos minutos. El aragonés hacía gestos, quería hablar con todo el mundo está claro.

La charla previa al entreno merece capítulo aparte, pero después de ella y tras unos minutos de sesión, junto a los nueve titulares ante la Balona, que generalmen­te hacen siempre una sesión más corta. Eran nueve porque no estuvo Becerra ni Álex Robles, al que hoy se le hace una resonancia magnética, aunque no estará en Cádiz, el domingo. Alfaro y Víctor Salas encabezaba­n la fila de once componente­s junto a los nueve jugadores titulares el domingo. Salieron del campo uno y corrieron por el asfalto hasta el campo dos, el grande. Dos vueltas al mismo y salida. ¿Final? No. Enlazó el campo dos con el campo de césped artificial que quedaba libre aún, al que también se le dio una vuelta a un trote liviano. El entrenador charlaba de vez en cuando con Salas, pero nada más. Los dos en cabeza, los jugadores, callados. Seriedad absoluta, como en toda la sesión. Una vez finalizada la peculiar carrera, los nueve futbolista­s se descalzaro­n

El técnico dialogó con Germán Crespo, técnico del filial, con Del Moral y hasta con el cuerpo médico

Era llamativo verle correr por todos los campos encabezand­o el grupo de titulares

las botas, cogieron los coches y se fueron en dirección a El Arcángel.

Mensaje al vestuario

Al terminar la sesión, aún le esperaba a Alfaro una charla, larga, con Juanito. Luego, al finalizar el día, mandó su propio mensaje: estarán todos hasta final, ocurra lo que ocurra, incluido el entrenador aragonés. Pero antes de todo, en los albores de la jornada, estaba la habitual charla del técnico al plantel. Formulada como si su continuida­d fuera un hecho. Habló a los jugadores de cuatro finales, de enfocarse en el objetivo, de olvidarse de egoísmos, de pensar en el grupo, en el club, de no dispersars­e en aspectos externos, ni tan siquiera para esos egoísmos. Y también mandó un aviso a navegantes. Dejó caer que no le temblaría el pulso si había que tomar decisiones que, si bien podían molestar a algunos, pocos, se harían por el bien del grupo y del club. Y convicción: quedan cuatro finales y el equipo ha demostrado que es capaz, al menos, de hacer 10 puntos de 12. Los hizo precisamen­te con él al mando, nada más llegar. Lo hizo todo en un tono conciliado­r para que todos estén en el barco y mirando al frente, no ansiando la posibilida­d de que aparezca otra nave. Enfoque, responsabi­lidad, compromiso y madurez.

Ciertament­e, la mañana del Córdoba CF, ayer en la Ciudad Deportiva, fue de lo más extraña de los últimos años.

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El entreno del Córdoba CF de ayer, en la Ciudad Deportiva, fue atípico..
I.L. Diferente El entreno del Córdoba CF de ayer, en la Ciudad Deportiva, fue atípico..

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