Un ‘sol’ en San Lorenzo
Tras 16 años
Un día después de recibir su primer sol de la guía Repsol, este lunes 12 de abril, una de las más prestigiosas distinciones que se conceden a los mejores restaurantes y cocineros, símbolo de excelencia culinaria, Paco López, chef y alma mater de La Cuchara de San Lorenzo, celebraba su 43 cumpleaños, con su familia y colaboradores. «Me hicieron el mejor regalo de mi vida», admite feliz el chef, porque después de 16 años se premiaba «nuestra constancia y perseverancia».
Paco López señala que en estos años de trabajo, «nunca hemos ido buscando nada, hemos ido mejorando día a día, pero por nuestra propia insistencia, en busca de estar conformes con lo que hacemos, pero nunca mirando a las guías, nosotros solo miramos a nuestros clientes, que se vayan satisfechos».
El chef cordobés estudió cocina en la Escuela de Hostelería de Córdoba. Una pasión, dice, que le viene de su padre, «que era muy cocinillas», aunque no se dedicaba a la hostelería. Se formó luego por diversas cocinas de Córdoba y a nivel nacional, como el País Vasco, y «cuando llegó el momento que yo veía que podía abrir un negocio, empecé a buscar locales». Al final, «abrimos en el lugar que nos vio nacer, que es el barrio de San Lorenzo». López reconoce que cuando decidió embarcarse en el proyecto, vio que necesitaba una persona que le ayudase a llevar la sala, el papeleo y la gestión del restaurante, para él centrarse en la cocina, «y entonces pensé en mi hermano, Narciso, se lo propuse, y él, que se dedicaba a otra cosa, estuvo encantado, se ha ido haciendo con la profesión y hoy es un gran profesional de la sala».
Así, con 27 años, y en su barrio, como casi todos los grandes chef cordobeses, Paco López abrió su local, en principio como más taberna, frente a la iglesia de San Lorenzo, para dar desayunos y tapas. «A lo mejor es que en nuestro barrio nos sentimos más identificados con lo que podemos llegar a ser», admite el cocinero, al ver cómo Chisco García, con Choco, o Paco Morales, con Noor, también abrieron en sus barrios. Allí ha desarrollado su sueño, ha formado una familia, con su mujer y una hija, pero también con los diez trabajadores que conforman su plantilla. Hace un año y medio, tuvieron la oportunidad de ampliar el local, ya convertido en restaurante de prestigio, y se quedaron con la planta de arriba del edificio «y estamos superencantados, la alegría es enorme, porque ahora sí es verdad que ya lo considero un buen restaurante». Paco López explica que su cocina es tradicional, «basada en productos de temporada, de mercado, y una cocina humilde y que llega a todo el mundo». Reconoce que «el boca a boca de la gente es lo que nos ha mantenido tantos años como llevamos» porque «si tú haces las cosas bien, eso te lleva a que la gente repita y vayamos ganando cada vez más clientes».
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