Córdoba

Córdoba no deja de acoger en sus calles numerosos rodajes de ficción

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Un ejemplo de ello son las cintas de las Actualidad­es cordobesas, noticiero creado por Joaquín Guerrero, gerente de las salas Ideal Cinema. Un auténtico hombre de cine, que en 1921 rueda el documental sobre la inauguraci­ón del monumento del Gran Capitán, según aparece en los títulos de crédito.

El empresario también monta su propio laboratori­o de revelado y exhibe hasta casi una decena de cintas propias de temas cordobeses en sus salas durante 1923. Además, Guerrero es uno de los pioneros de esa tradición tan cordobesa de los cines de verano, ya que desde 1913 alquila el coso de Los Tejares para realizar proyeccion­es estivales al

libre. La década de 1920 convierte a Córdoba en un gran plató de cine, gracias al enorme éxito de la película Carceleras. Una cinta rodada en la ciudad por José Buchs en 1922. Se trata de una adaptación de una popular zarzuela que pone de moda el género folletines­co, lleno de tópicos folclorist­as y dramáticos. El filme ayuda al despegue de la industria cinematogr­áfica española y atrae a la ciudad hasta ocho rodajes en esta década. Estas películas explotan los bellísimos exteriores del barrio de la Judería o de la sierra cordobesa como escenario de sus dramas.

El género, etiquetado por los críticos como españolada­s, dará la oportunida­d de debutar a los primeros actores cordobeses: el novillero y fotógrafo Antonio Calvache, que participa en la cinta de 1919 La España trágica, y tres años más tarde al rejoneador Antonio Cañero, que realiza un papel en el drama taurino Sol y sombra.

Córdoba será una de las primeras ciudades españolas en acoger la gran revolución del cine sonoro. El 10 de abril de 1930 el Teatro Duque de Rivas, antiguo Teatro

Circo, remodelado en 1924, acoge el estreno de la primera película hablada: El arca de Noé, de Michael Curtiz. La década de los 30 amplía la nómina de cines cordobeses

con grandes salas: el cine Alcázar en 1930, el cine Góngora en 1932, uno de los salones españoles más modernos de su tiempo, y en 1935 el que hoy es el cine de verano más longevo, el Coliseo San Andrés. La complejida­d técnica de los rodajes del cine sonoro acaba por sellar la supremacía de las grandes productora­s estadounid­enses. Un dominio sobre las produccion­es patrias que se afianza gracias a la realizació­n de versiones en castellano. Filmes que ruedan con un amplio elenco de actores españoles emigrados a Hollywood. Entre ellos podemos enumerar a dos cordobeses que trabajan en la meca del cine: Rafael Valverde y el célebre Carlos Villarías,

conocido como el Drácula español, que realizó la versión en español de la mítica cinta de Bela Lugosi.

La ciudad acogerá otro importante hito con el rodaje en 1932 de la versión sonora de Carceleras. Dirigida de nuevo por José Busch, esta cinta es considerad­a como una de las primeras películas españolas habladas y cantadas realizadas íntegramen­te en nuestro país. Durante la Guerra Civil, el cine español sufre un importante parón, aunque también es utilizado por ambos bandos como una herrabarde­os mienta propagandi­sta. Además, la provincia acogerá a varios operadores de documental­es bélicos. Un equipo francés rueda los bomaire

En la dictadura,

Fotogramas de cintas cordobesas La becerrada del Club Guerrita de 1915, el filme `Carceleras' de 1922, el documental de la inauguraci­ón del monumento al Gran Capitán, el actor cordobés Carlos Villarías, bombardeo de la ciudad en la Guerra Civil y los últimos ermitaños de la sierra en el `Nodo'.

republican­os sobre la ciudad en 1936 y el célebre reportero húngaro Robert Capa filma la toma de la localidad de La Granjuela.

Durante la dictadura, el cine documental y en especial los noticieros del Nodo llevarán a las pantallas nacionales numerosas noticias y tradicione­s de la ciudad. Aunque, en este periodo, Córdoba no dejará de acoger en sus calles numerosos rodajes nacionales de ficción. Filmes mayoritari­amente adscritos al género folclórico o taurino, con cintas tan del gusto

de la época como El genio alegre, Brindis a Manolete, El rey de Sierra Morena, El Cristo de los Faroles Aprendiend­o a morir.

Con la llegada de la democracia, y especialme­nte de un nuevo invento -el vídeo-, los cines sufren una importante pérdida de público. Esta crisis se intenta paliar en la década de los 80 con nuevo formato de sala, el multicines. El Lucano será el primer coliseo cordobés en ofrecer esta propuesta. Una oferta que multiplica el numero de películas a costa de salas más pequeñas.

En estas últimas décadas, la ciudad aportará a la filmografí­a nacional creadores importante­s como los directores José Ángel Bohollo o Gerardo Olivares, así como los televisivo­s actores Macarena Gómez y Fernando Tejero. En este periodo, Córdoba se convertirá en la capital del cine andaluz, al alojar desde 1987 la sede de la Filmoteca de Andalucía.

Con el nuevo siglo, existirá un gran interés institucio­nal por que la ciudad cuente con su propio festival de cine. Será un sueño efímero, al acoger durante cuatro años el Festival de cine africano de Tarifa. La última revolución cinematogr­áfica son las modernas series en streaming,

que también llegan a la provincia con produccion­es tan dispares como la internacio­nal Juego de Tronos o la cordobesa Meme.

Córdoba, una ciudad con 125 años de cine en su filmografí­a, aún quiere seguir protagoniz­ando muchas películas.

oEl `Nodo'

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