Satisfacción tras el cribado por poder abrir los Patios de Córdoba con «más seguridad»
Los responsables de estos espacios pasaron ayer una PCR para detectar el covid Hasta 113 personas fueron citadas para descartar el virus a unos días de la fiesta
En el año de su nacimiento, el patio que hoy cuida José Luis Luque recibió un segundo premio en la fiesta de Los Patios. Era 1962 y, casi seis décadas después, lo siente plantado en las venas. «Eso es un enraizador» y «no hay forma de que te lo arranquen». A las puertas del Palacio de Orive, comprobó ayer que no tenía coronavirus, que meter un bastoncillo por la nariz resulta realmente incómodo y que podrá abrir un año más Duartas 2 a la gente, con «un poquito más de seguridad», a partir del 3 de mayo.
De 100 personas que, a media mañana, pasaron por el cribado a la entrada de Orive, ninguna dio positivo, según el equipo de profesionales sanitarios desplazado hasta allí. Había 113 personas citadas, que tenían en común la responsabilidad de abrir un patio en la celebración, pero los sanitarios esperaban a más. Entre 120 y 140. 33
Y, aunque la mayoría se acumuló en las primeras horas del día, hasta las 13.00 pudieron ir llegando para comprobar, en apenas unos minutos, si había algún rastro del virus en sus cuerpos.
Más allá de los resultados rápidos y la satisfacción de un negativo, Óscar Rubio observaba «mucha improvisación». «El problema es de la desorganización, parece que somos todos jubilados», decía. Tras abrir el patio de Guzmanas 7 en 2019, junto a su mujer, Elena Vilches, pone en juicio los detalles que «te van poniendo zancadillas» para un «hobby muy sacrificado». Y tener que ir ayer hasta el Palacio de Orive, en mitad de la jornada laboral, para la pareja suponía un problema de organización.
«Si yo tengo que depender de un jefe, quizás no puedo salir», explicaba Óscar. Y Elena añadió que les mandaron una nota avisando de que «a partir de las 9.00» podrían acudir. Pero, cuando por la mañana llamaron para confirmar los horarios, aseguraban que recibieron una estimación. «Hasta las 13.00 o las 14.00», precisaron. «Yo eso no lo concibo», decía Óscar. «Entre las 13.00 y las 14.00 hay una hora de trabajo».
Para la pareja, la fiesta de Los Patios merece «un departamento específico». Y es que «viene gente de todo el mundo». «De Sudáfrica se me plantaron tres chavalas que, en su viaje de Erasmus, habían reservado unos días para ver Los Patios de Córdoba. Que no venían a ver la Mezquita o el casco histórico. Les había llamado la atención Los Patios», relataba Óscar. Pero, como contaba Elena, es ella quien por cuenta propia imprime mapas. «Tenemos gente que nos pide información por Instagram, la gente pregunta semanas antes y los mapas te los traen dos días antes».
Los propios sanitarios consideraban que hubiera sido más adecuado realizar el cribado por franjas horarias. Pero, con la mesa ya montada y en funcionamiento, los profesionales fueron anunciando nombres y entregando papeles. Uno de ellos el de José Luis Luque, que no concibe «una vida sin el patio». El negativo le aliviaba para abrir, de nuevo, aquel rincón del Alcázar viejo. El Duartas 2 para él cumple la función de un salón, donde se reúnen los amigos, la familia, la vida. «Tienes muchas compensaciones. No económicas, sino de satisfacción». Para él, en particular, «es un disfrute».
«Lo haces como un juego» y, cuando te haces más mayor «te vas involucrando» hasta que lo tienes dentro. José Luis se encuentra en un proceso. Un relevo generacional que involucra a hijos y sobrinos. Esta sucesión hay que hacerla, en su opinión, porque «a ellos les apetece» y «no como una obligación». Si se consigue, no le cabe duda: «Ya que hemos llegado a 100 años, ¿por qué no vamos a llegar a otros 100?».
H