Provincia
22
«Mi concepto arquitectónico es sensorial, emocional»
Raúl Almenara Domínguez, arquitecto y licenciado en Bellas Artes, con estudio en Madrid y recientemente reconocido en una lista de los 35 ingenieros y arquitectos menores de 35 años más influyentes del país, abre sede en su pueblo natal, Palma del Río.
¿Por qué en tu ciudad natal?
– Estamos trabajando con proyectos en Andalucía, también en Canarias. Qué mejor forma de dirigirme al sur que desde los dos balcones de mi casa de Palma. Pensando en los clientes, es más operativo que se desplacen hasta Palma, también es una forma de mostrar Palma y revertir en ella.
¿Qué significa que la firma Raúl Almenara aparezca en el top de la asociación Madrid Capital Mundial de la Construcción, Ingeniería y Arquitectura y Global Shappers España?
– Es un reconocimiento al trabajo, máxima responsabilidad hacia un nuevo movimiento arquitectónico que se está impulsando desde un grupo de 10 arquitectos que aparecemos en esta relación.
¿Cómo definiría este nuevo movimiento?
– La arquitectura como un arte sensorial, la arquitectura emocional. Nuestra metodología es partir de un concepto, una idea, después se extrapola a formas arquitectónicas para llegar a los materiales. Es como un proceso de Bellas Artes, una idea que quiere transmitir emociones.
¿Qué valor da a lo artesano?
– El oficio, el artesano, el pequeño comercio es la forma más contemporánea de trabajar, aquí está el punto de inflexión, no hay que perder el tacto del material. Mi estudio mantiene una línea de trabajo con el ceramista palmeño Pepe Lora, de Barro de Palma. Ahora 33 busco en Palma y en Córdoba imagineros, orfebres y artesanos del bordado y el cordobán.
¿Cómo está siendo el camino que inició la firma Raúl Domínguez hace tan solo cuatro años?
– En números, tenemos más de 50 proyectos. Desarrollamos desde obra pública, privada y rehabilitación, con una mirada a edificios patrimoniales. Nuestro camino es la evolución de la arquitectura como paso al futuro, su impacto en las ciudades, en las viviendas, en el patrimonio histórico y en el natural.
¿Tiene algún proyecto relacionado con el medio ambiente?
– Trabajamos en un hotel en Lanzarote, es un paisaje protegido, un espacio de César Manrique. También estamos trabajando en la creación de una casa en torno a un árbol, lo que une naturaleza y patrimonio, y en el parque Guadarrama en un complejo hotelero llamado Vía Láctea, inspirado en el camino que seguían los peregrinos.
¿Qué le une a Palma?
– Mi familia, mi niñez, la casa familiar. He vivido muchos años fuera, desde los 8 a los 18 en Sevilla. Pero los recuerdos están aquí, las plantas del patio, las fiestas de la Virgen de Belén y los rincones de mi pueblo.
En Palma, el nombre de Raúl Almenara está unido al nombre de sus abuelos. ¿Le enorgullece?
– Por supuesto, mis abuelos Curro y Chari, del Bar El Pato, eran muy trabajadores y la cocina de mi abuela, sobre todo sus famosos callos, son un referente. Ahora el objetivo es proyectar la firma desde Palma al sur y contar con firmas locales para mi trabajo.
«Nuestro camino es la evolución de la arquitectura como paso al futuro y su impacto»
H