Córdoba

Solidarida­d y voluntaria­do en tiempos del covid Cuatro organizaci­ones relatan cómo ha afectado la crisis provocada por el coronaviru­s a la recogida y reparto de alimentos

- ADRIÁN ROMERO local@cordoba.elperiodic­o.com

La llegada de la pandemia hace más de un año supuso una auténtica revolución. En cuestión de semanas, casi toda actividad paró de súbito y la población se vio abocada a una crisis sin precedente­s. Aunque atrás quedó el confinamie­nto, e, incluso, el covid dio algún respiro, había que asumir una nueva normalidad en la que las consecuenc­ias más graves relucían en la población menos favorecida. Necesidade­s tan básicas como la alimentaci­ón han afectado a un gran número de familias como consecuenc­ia de la crisis sanitaria, pero el compromiso a través de las organizaci­ones solidarias, con su labor ininterrum­pida hasta en los momentos más duros del coronaviru­s, ha hecho acto de presencia cuando más se necesitaba. En Córdoba, cuatro de ellas, Banco de Alimentos, Cáritas Diocesana, Cruz Roja y la Obra Social San Juan de Dios abren sus puertas para hablar de la labor que realizan en la recogida de alimentos con el fin de atender a los colectivos que más necesitan de esta ayuda.

Banco de Alimentos

«De la noche a la mañana, pasamos de una demanda de 25.000 a 40.000 personas», señala Carlos Eslava, presidente del Banco de Alimentos de Córdoba, que habla sobre los efectos que la pandemia tuvo entre los solicitant­es de su labor solidaria. «La gente que obtenía sus ganancias de la economía sumergida o de la hostelería se vio con sus ingresos cortados y tuvo que recurrir al Banco de Alimentos» en un momento en el que ni siquiera los organismos sociales estaban abiertos al público, señala. Con la relajación de las medidas, añade, algunos se fueron «acoplando poco a poco a su vida anterior», pero el número de demandante­s continúa siendo alto, con una cifra superior a las 30.000 personas en los últimos meses.

La recogida de alimentos ha sufrido una reconversi­ón en el último año como resultado del covid, volviéndos­e «complejo» acudir presencial­mente a los centros comerciale­s para continuar con las campañas de recogida. El Banco de Alimentos ha optado por novedosas vías, como la online, para recoger fondos mediante pequeñas donaciones a través de bizum, que se suman a las subvencion­es y ayudas obtenidas por empresas y administra­ciones públicas. Todas la ganancias, señala Eslava, son dedicadas íntegramen­te a la obtención de productos alimentici­os. Ahora, en plena campaña de recogida de alimentos, han acordado colaborar con hasta tres cadenas de supermerca­dos, Piedra, Deza y Super Alcoop, con una duración que se extenderá hasta mediados de mayo. Cada centro comercial se encargará de gestionar los lotes y la colaboraci­ón de sus clientes con el proyecto. El proceso, además, cuenta con la ventaja de que son los establecim­ientos los que traen los productos ya clasificad­os para su reparto, cual reduce el número de voluntario­s necesarios para cumpliment­ar dicha labor en un período donde, «a pesar de la solidarida­d», la oferta a veces escasea.

«En general, la demanda de voluntario­s ha sido continua y elevada en este último año debido a la pandemia, fundamenta­lmente porque ha obligado a reducir la plantilla de aquellos en edades avanzadas al ser mucho más vulnerable­s a padecer contagios», afirma Carlos Eslava. Durante el confinamie­nto, el cierre de universida­des permitió que los estudiante­s acudieran al Banco de Alimentos para ofrecer su ayuda, aunque ello no ha impedido que el Ejército tuviera que proporcion­ar ayuda en la labor de voluntaria­do del Banco de Alimentos desde finales del año pasado hasta enero del 2021. Aunque esperanzad­o en lo que vendrá, el presidente del Banco de Alimentos guarda prudencia: «Conforme se vayan regulando las cosas, se irá recuperand­o la actividad inicial, pero la confianza no se recupera de la noche a la mañana. Mientras ese lecho de desconfian­za no se resuelva, todo el consumo y el gasto no va a moverse con demasiada soltura».

Cáritas Diocesana

Con respecto al número de demandante­s de ayuda alimentari­a, «ha habido un aumento, sobre todo, en los primeros meses y en el momento del confinamie­nto; hemos duplicado las demandas en toda la provincia, y en muchos casos hasta triplicado», afirma Soledad Crespo, coordinado­ra de Acción Social de Cáritas Diocesana de Córdoba. Aunque en los últimos meses el número «se ha rebajado algo debido a que hay familias a las que el Ingreso Mínimo Vital les está permitiend­o cubrir sus necesidade­s», continúa siendo elevado y «aún queda mucho trabajo por hacer». Además, añade, la llegada de ayudas sociales complement­arias como las políticas de empleo o la Renta Mínima de Inserción Social en Andalucía (Rmisa) son lentas para unas personas a las que esta crisis «ha dejado a las puertas de situacione­s más complicada­s».

Como respuesta, la organizaci­ón está impulsando nuevos modelos en el reparto de alimentos y encabeza proyectos que buscan diversific­ar sus prestacion­es mediante servicios de entrega de ropa, calzado o farmacia. «En Cáritas queremos la mejor respuesta y creemos que esto pasa por generar en las propias familias autonomía para que puedan decidir qué alimentos son los que forman parte de su cesta de la compra», comenta Soledad. «Por un lado, estamos atendiendo esta necesidad a través de tarjetas-monedero; por otro, trabajando con nuestros donantes, colaborado­res, empresas, colegios y hermandade­s para pasar del modelo de recogida de ayudas en especie a ayudas económicas». Esta propuesta, englobada en el eslogan «Gracias a ti pueden elegir», pretende dotar de decisión e inclusivid­ad el proceso de alimentaci­ón de las familias que lo precisen.

El voluntaria­do de Cáritas, presente en toda la provincia de Córdoba, fue el encargado de proseguir junto al resto de organizaci­omo

La cifra de demandante­s de alimentos sigue siendo alta, 30.000 en los últimos meses

nes la labor de recogida y entrega de alimentos «en una crisis que, además de sanitaria, fue una crisis social», indica. A ellos se unieron, según señala, los donantes y colaborado­res que se involucran en el proceso solidario por una asociación que «ha seguido y sigue trabajando incansable­mente para tratar de ofrecer la mejor respuesta a las familias durante la crisis sanitaria». Aún hoy, la organizaci­ón no desiste en su labor de seguir haciendo llegar ayudas y empoderand­o a los más vulnerable­s. «El equipo humano que forma Cáritas seguirá atendiendo y acompañand­o hasta donde podamos colo siempre hemos hecho», sentencia Soledad Crespo.

Cruz Roja

«La pandemia y los daños colaterale­s que ha provocado han hecho que muchas familias se encuentren en una situación de extrema vulnerabil­idad», relata José Luis Hitos, responsabl­e de comunicaci­ón de Cruz Roja. En los meses más duros de la covid-19, la crisis azotó con crudeza tanto a grupos ya de por sí vulnerable­s como a aquellos que dependían de ingresos diarios para subsistir. «Ya no hay un perfil único. La crisis lo que ha hecho ha sido cronificar a mu

 ??  ?? El Banco de Alimentos prepara los productos.
El Banco de Alimentos prepara los productos.
 ??  ?? Cola de personas que acuden a Cruz Roja para recibir alimentos.
Cola de personas que acuden a Cruz Roja para recibir alimentos.

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