Aumentado la demanda de familias de sectores como el de la hostelería
cha gente que contaba con una situación normalizada. Hay muchas familias monoparentales con hijos a su cargo, pero también hay familias que están en ERTE y cuyos ingresos no les dan para llegar a fin de mes».
Desde Cruz Roja, el reparto de alimentos se ha convertido en una labor esencial para los servicios comunitarios y a la que han recurrido muchos usuarios desde los primeros meses de pandemia hasta ahora. «No es una necesidad tan perentoria como durante el confinamiento, pero aún continúa siendo muy demandada e incluso se ha normalizado», indica. El proceso, además, se realiza a través de una doble misión, pues aparte de atender familias, la institución reparte alimentos a otras entidades que comparten su labor social. En Córdoba y once municipios de la provincia se calcula que en el 2020 la cifra alcanzada en reparto de alimentos por Cruz Roja en colaboración con el Banco de Alimentos durante el Plan de Ayuda Alimentaria superó los 1,2 millones de kilos y atendió hasta un total de 20.000 personas. A esto se le suman las 500 familias que ya de por sí cubre en la capital a partir de un convenio junto con el Ayuntamiento de Córdoba, junto a otros proyectos como el pago de suministros básicos (agua y luz) e hipoteca y entrega de material escolar y sanitario a las familias más vulnerables.
La consecución de esta labor se debe, ante todo, por contar con una plantilla de voluntarios especialmente comprometida con la causa. «Si hay una noticia buena este año y el anterior es que la respuesta solidaria ha sido impresionante», comenta José Luis. «Por suerte o por desgracia, muchas personas tienen más tiempo y han decidido invertirlo para ayudar a otras personas que tienen cerca». En sus casi ciento cuarenta años de existencia, Cruz Roja batía en el 2020 su récord de más incorporaciones a su plantilla para la realización de sus labores de voluntariado, entre ellas, recogida y reparto de alimentos. En la provincia de Córdoba, de unos 5.000 voluntarios inscritos y más de 16.000 socios con los que cuenta actualmente, solo el año pasado recibieron 1.000 nuevos miembros.
San Juan de Dios
«En el año 2020 se han atendido a 820 familias, lo cual significa unas 2.897 personas, y se han repartido en torno a 1.030.625 kilos de alimentos». Así lo asegura José María, del Ayuntamiento de Córdoba, en concreto, de Arrabal del Sur, Moreras y periferia. La atención se dispensa de manera individualizada, otorgándoles «apoyo y acompañamiento orientativo y emocional», a través del servicio de voluntariado de la obra social. Junto a las propias compras realizadas por la obra social de productos frescos y otros enseres, las donaciones se obtienen a través de empresas anónimas que preparan los lotes para su envío y proveedores de alimentos cuya demanda aumenta o se reduce en función de las peticiones de ayuda. «Además de la entrega de alimentos», comenta José María, «contamos con un ropero solidario que en el último año ha ayudado a unas 423 familias, servicios ópticos, bucodentales y de farmacia para unas 27 familias y hemos realizado ayudas económicas para el pago de luz y agua y de hipoteca».
El voluntariado, al igual que en el resto de las asociaciones, «ha tenido que reajustarse por medidas de prevención» dado que determinados colectivos de más edad no podían desarrollar su actividad de voluntariado por razones de seguridad y, por lo tanto, han tenido que buscar un voluntariado más joven. Pero, en general, concluye, «ha aumentado la oferta de gente que quiere y desea trabajar como voluntario».
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