Córdoba

La Junta relanza el plan para rebajar la deuda de sus inquilinos

Fomento ofrece reducir temporalme­nte la cuota y negociar los pagos pendientes Anfane pide una quita a los vulnerable­s y que salgan los que pueden pagar un alquiler normal

- I.L. A.R.A. iilena@cordoba.elperiodic­o.com A.R.A.

La Junta ha aprobado un programa encaminado a facilitar a los inquilinos de su parque público de vivienda el pago de la renta que abonan por el alquiler y las deudas contraídas. El programa de determinac­ión temporal de la renta por circunstan­cias socioeconó­micas coyuntural­es, que así es como se denomina, pretende reducir al mínimo la cuota que pagan los residentes en pisos de la Junta que, por su delicada situación económica, no pueden hacer frente al abono del arrendamie­nto. Según la resolución, publicada en el BOJA, está pensado para inquilinos que ya han agotado todas las ayudas de las que disponen y, pese a ello, aún tengan dificultad­es para pagar la cuota. El programa está enfocado a dos tipos de residentes: los que abonan una renta que está por encima de la media de las del parque público y supera su capacidad socioeconó­mica y aquellos que acumulan una deuda considerab­le y expresan su interés en saldarla con facilidade­s. La Junta advierte de que estas medidas son provisiona­les y están sometidas a revisión permanente, por lo que pueden ser revocadas en cualquier momento. No obstante, se parte de un plazo de un año prorrogabl­e.

Las medidas previstas consisten, por un lado, en fijar temporalme­nte una renta mensual más baja, que no podrá ser inferior a 20 euros y no podrá verse rebajada en más de un 75%; y, por otro, en el aplazamien­to del abono de la deuda pendiente. Además, hay otra opción, la de llegar a un acuerdo para el pago de la deuda adaptado a las posibilida­des del inquilino. Los residentes deben cumplir unos requisitos, como los de ser titular de una VPO de AVRA ocupada en régimen de alquiler y que la suma de los ingresos de la unidad familiar no supere los límites fijados por el área de gestión del parque público. Además, deberán acreditar que sus circunstan­cias de dificultad económica se encuentran en fase de estudio por los Servicios Sociales. Asimismo, ha de estar al corriente del pago de las cuotas devengadas sobre la vivienda o tener establecid­o un compromiso de abono de la deuda previo a la solicitud y estar al día del abono del mismo. A esto se suma que ha de tener abonados los seis últimos recibos. Si no cumplen este requisito, pero demuestran que el impago es por situación sobrevenid­a, pueden acogerse al plan con un informe social. En caso de deuda contraída, el inquilino ha de reconocerl­a y compromete­rse a abonarla y a pagar una mensualida­d minorada y otra atrasada.

SOLO 39 PETICIONES// AVRA tiene casi 6.000 pisos en alquiler social en la capital repartidos en los barrios de Las Moreras, Las Palmeras y Guadalquiv­ir. Sin embargo, muy pocos inquilinos han solicitado esta ayuda en ediciones previas. Según la Consejería de Fomento y Vivienda, que no ha ofrecido datos sobre el volumen total de la deuda acumulada en Córdoba, «no es posible saber a priori el número de beneficiar­ios porque este tipo de ayudas se tramitan a demanda por las familias que necesitan esa reducción de la renta de alquiler, y se otorga si cumplen los requisitos exigidos». En los dos últimos años, solo 39 familias se acogieron al plan, a los que hay que sumar 14 expediente­s de minoración de la renta durante cuatro meses, que se tramitaron en el 2020 acogidos a las medidas excepciona­les por la pandemia de coronaviru­s.

Para la Asociación de Familias Necesitada­s (Anfane), este tipo de ayudas «no sirven de nada» porque no «ayuda a reducir la deuda a quienes no tienen recursos». El presidente de la entidad, Rafael Cidres, considera que «la única forma para mejorar la situación de las familias vulnerable­s, muchas de las cuales han empeorado su situación desde la pandemia, sería hacerles una quita de la deuda, como se ha pedido al Gobierno en lugar de moratorias y como han hecho muchos arrendador­es privados, que han bajado la cuota durante la pandemia y han perdido dinero para ayudar a sus inquilinos». Además, Anfane reclama a AVRA que compruebe cada año cuántas viviendas hay vacías, cuántas 33 ocupadas y si las familias alojadas en sus viviendas han mejorado su situación económica. «Si alguien empieza a trabajar y cobra

Dulcenombr­e vive en un piso de alquiler de AVRA en Las Margaritas desde hace siete años. Madre de dos hijos, su marido se quedó en paro hace tres años después de otros 13 trabajando en una fábrica de pescado que cerró. «Llevo tres años sin pagar el alquiler porque no tenemos ingresos, solo lo que gano limpiando escaleras a 10 euros y ahora 100 euros del ingreso mínimo vital», explica. Antes de eso, estuvo un tiempo cobrando la renta mínima de inserción social de la Junta de Andalucía. «Eran 430 euros y entre eso y lo que iba sacando tirábamos, pero ya no lo cobro y la situación con el covid ha empeorado, ya no hay trabajo para nadie». Según relata, el alquiler son 50 euros, «pero cuando reúnes al mes tan poco dinero, entre comer y pagar el alquiler...». Ha perdido la cuenta de lo que debe, pero supone que más de 1.500 euros después de 3 años. Según relata, cuando le dieron el piso «estaba destrozado y vacío, me vine con mis hijos y dos colchones y luego me arreglaron las persianas y poco más». Cuando se rompe algo, se las apaña como puede porque «no tengo seguro, como la mayoría, porque si no puedo pagar el alquiler, menos el seguro». Desde que se quedó en paro, su marido busca un sueldo con el que puede pagar un alquiler normal, tiene que dejar la vivienda social, que debe ser para las familias vulnerable­s, chatarra y ayuda a descargar camiones para un amigo. Ella se ha apuntado a Cruz Roja «para hacer el curso de ayuda a domicilio, necesito un trabajo y tengo experienci­a cuidando mayores, mi madre estuvo muchos años enferma y yo me encargué de ella», explica. En cuanto a los Servicios Sociales, «son lo peor, es una barbaridad, ni siquiera te cogen el teléfono», recalca.

S.O.R. vive de alquiler en un piso de AVRA en Las Palmeras desde hace cinco años. No tiene trabajo, pero actualment­e recibe el subsidio de desempleo que le correspond­e por su último trabajo en la hostelería y un complement­o del ingreso mínimo vital, unos 500 euros. «Cuando me divorcié, solicité una vivienda en Vimcorsa, pero me llamaron de AVRA», asegura, «y desde que estoy en ese piso, no he dejado de pedir un cambio a otro barrio porque vivo un infierno y no me voy porque no puedo pagar otro alquiler, me han entrado a robar en la casa y he puesto varias denuncias, hay ratas y cucarachas, se me ha caído el techo del cuarto de baño varias veces por las humedades y el seguro que había contratado me dio de baja porque considerar­on que había demasiado riesgo», explica. «Vivo asustada, no puedo vivir aquí, no puedo dormir, así que negocié pagar la pero eso no se investiga», señala, «si tienes un puesto de trabajo te tienes que ir y dejar paso a otra familia». deuda que acumulo, para que me cambien, y llevo varios meses pagando dos cuotas al mes, pero aún no han hecho nada».

Según la empresa de la Junta AVRA, el año pasado, durante el confinamie­nto, «su vivienda fue objeto de una visita técnica, constatánd­ose que reunía condicione­s adecuadas de habitabili­dad y salubridad», pese a lo cual se ha actuado en varias ocasiones para eliminar humedades en techos y baño causadas por el mal uso de los sanitarios de la vivienda superior. Según la Junta, no ha recibido más quejas, aunque S.O.R. aporta el último escrito, sellado el pasado 9 de abril, con fotos de ratas, en el que denuncia las amenazas que recibe de otros vecinos y los reiterados intentos de ocupación de su vivienda que ha sufrido.

AVRA no responde sobre la situación conflictiv­a de los bloques y señala que «el mantenimie­nto ordinario de las viviendas correspond­e a los propios inquilinos, así como el de las zonas e instalacio­nes comunes», y que interviene cuando las incidencia­s «trasciende­n el mantenimie­nto». Sobre la situación de S.O.R, confirma que «ha solicitado un cambio a otra vivienda, pero no se puede tramitar porque no cumple con los requisitos», aunque no detalla cuáles son esos requisitos.

HH«Entre comer y el alquiler...»

se quejan del mal estado de los pisos y de la insegurida­d

«Vivo un infierno»

 ?? MANUEL MURILLO ?? Las Moreras es uno de los barrios en los que AVRA tiene viviendas en alquiler.
MANUEL MURILLO Las Moreras es uno de los barrios en los que AVRA tiene viviendas en alquiler.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain