El obispo oficia la misa en honor a la Virgen de Araceli
Demetrio Fernández destaca la importancia de la devoción
Una jornada primaveral plena hizo que este domingo Lucena brillara con luz propia en su día más grande y glorioso, el Día de la Virgen de Araceli, patrona de la ciudad y del campo andaluz. Por la mañana tuvo lugar en la iglesia mayor de San Mateo la solemne función religiosa, oficiada por el obispo, Demetrio Fernández González , que estuvo acompañado por numerosos sacerdotes de la localidad. Este año, debido al protocolo covid, la Coral Lucentina ha estado acompañada al piano solo por Víctor Nájera, director del Conservatorio de Lucena, que ha puesto música a la Misa del Campo Andaluz, magistral pieza sacra obra de Antonio Villa Álvarez de Sotomayor.
Asistieron al acto el alcalde, Juan Pérez Guerrero, así como casi toda la Corporación, el hermano mayor de la Real Archicofradía, Rafael Ramírez Luna, y su junta de gobierno y Obra Pía. La imagen de la Virgen de Araceli lucía su manto blanco en el altar mayor de la iglesia de San Mateo, rodeada de numerosos cestos de flores que posaban a sus pies.
El obispo ha puesto de manifiesto la importancia de la devoción aracelitana también en estos tiempos de pandemia. Demetrio Fernández señalaba que «vivir la 33 vida junto a ella es fuente de paz, consuelo y alegría. Por ello, dejémonos querer por esta madre del cielo en este día de María Santísima de Araceli».
El 2 de mayo, Lucena lo vive con gran esplendor y aunque la Virgen de Araceli no haya podido salir en procesión por sus calles, centenares de balcones han puesto una nota de color en su día con adorno y pancartas con la imagen de la patrona.
Por la tarde, tuvo lugar la misa solemne a la Virgen de Araceli, también en San Mateo, que estaba prevista que fuese ofrecida por el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, algo que no ha podido ser por tener que guardar cuarentena al haber tenido contacto con un positivo por covid. La misa fue ofrecida por el vicario de la Campiña, David Aguilera Malagón.
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